Viene la primavera
después de la ceniza
de un fuego que secó los pastizales,
los árboles viven,
el cielo es testigo
del meteoro de tu corazón
que late sin respiro.
Háblame de ti,
víctima,
cómplice de mis dichos,
de unos labios mudos
que contemplan la planicie de un pasado llano.
Mírame,
sin miramientos,
el cielo es puro sin aspavientos
flota entre las verdades
y unos ojos tuyos muy tiernos.
Llegó el ocaso
con sus años rancios
y sus oídos necios,
su odio está caduco
aburre su velo negro.
Espero a la lluvia,
la deseo,
como deseo a un poema nocturno
sin las débiles palabras
y los firmes momentos.
Grítame fuerte
hasta que despierte,
hasta que vibren mis secretos
y huyan tus días
extrañando la otra orilla
de los misteriosos versos.
Viene la primavera,
la extraño tanto
cómo añoro tu sonrisa incambiable,
cómo extraño tus tobillos
esos que corren incansables de vez en cuando.
Soñé que me soñabas,
sin riesgos
sin parpadeos
sin tiempo,
amando a la belleza
escondiéndome ingenuo
de la primavera que no llega.
Él Mute
20/03/2019.
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Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.