Insoportable
nos bota la noche,
miserable denuedo angustioso.
Pensamientos gastados
hasta el resarcimiento,
excusas
el cuerpo muere.
El cielo está anaranjado
pequeños
todo nos duele.
El planeta no piensa en poesía
todo es un circo muerto,
lúgubre
ya no soporto más.
Petrificado
el himno sin serenatas,
raquítica bengala
que lanzas al cielo.
El instante
imperceptible,
pedestales de fuego
incógnitos,
se derrumban las escalinatas
de una nostalgia enfermiza.
Me cortaron las piernas
solo queda el muñón,
hincado busco maravillas
todos me miran,
como pájaro herido voy.
Los pichones nacieron en primavera
esta vez no morirán,
noticias inefables de mediodía.
Por eso estoy aquí
para contemplar tu belleza
antes de partir,
déjame verte.
El corazón no puede contener
nuestros párpados abiertos,
es como padecer demencia
que no cree en nada.
Tengo Fe
que en la sombra del ciprés
viviremos muchos años,
amándonos.
Una vida limpia
que cambia la noche del abismo
por un montón de palabras
que dicen te amé.
No quiero borrar
de tu pecho mi nombre,
debes de creerme
el amor es más fuerte que el miedo.
Sigamos moviendo el agua
para que no se estanque,
el río con peces
se alimenta del arroyo
de cada mirada que tú me das.
Nosotros,
tan muertos
y tan instantáneos,
tan apacibles
insignificantes ante el universo.
Frágiles
como el perfume que no vuelve,
somos cenizas
entre sábanas de algodón.
Desolados,
amenazados
efímeros en la incandescencia
del amor.
Él Mute
31/03/2020.
Eso ...es una poesia. Un gusto haberla leído y gracias por compartirla.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarEs un gusto saberlo.