El tiempo se detuvo en un instante
Y el dolor sigue ahí.
Retorciendo mis emociones y acelerando mis palpitaciones errantes.
Quisiera que tus manos milagrosas apaciguarán el volcán que devora mi alma silenciosamente.
Y Por un momento así lo fue.
El dolor desapareció con la magia.
Con tus caricias mi alma se reconforta de mi desasosiego.
Ya no me duele la indiferencia de la dicha que se ausenta de una vida.
Lo que me duele es tu recuerdo punzante.
Aquel que llevas tatuado en tu subconsciente.
No sabes como quisiera que un cuento de hadas reinara cada vez que respiras.
Pero la vida es así, irreverente y retadora.
Siempre siendo un reto latir cada mañana y sonreír.
Siempre a nevado Sobre una montaña de adversidades y desaventuras
Pero la flama de la esperanza se mantiene calmada porque tu
siempre estarás ahí.
Siempre lo has estado para mi.
Cada vez que mis ojos te hablan sin palabras.
Porque el dolor se manifiesta retador y dominante, tu estas ahí.
No importa Que el silencio y la oscuridad te acompañen.
Siempre has estado ahí.
aun en la ausencia que cala por el frío y tu sabiendo que nadie más te observa.
Tu estas ahí.
Poesía
Miguel Adame Vazquez.
22/04/2014.