sábado, 10 de diciembre de 2016

A veces quisiera ser un poco más como tu.



A veces quisiera ser un poco más como tu.

Innombrable, solemne hasta los tuétanos.
Sin importarte nada en lo absoluto los murmullos de las fieras que devoran el alma.

A veces quisiera ser un poco más como tu.
Arrancando con una mano y de un solo golpe todos los deseos de odio de otros.

Impenetrable.
Solo y de frente.
Con tu espada siempre, con los filos cuidando a los tuyos de la tiranía de los que solo por placer matan. 
Defendiéndote de los demonios oscuros de la gigantesca maldad.

A veces quisiera ser un poco más como tu.
Silencioso, con mucho que decir o enseñar al mundo.
Pero observando siempre a la espera del primer golpe.
Golpes inquisidores que nunca llegan al espíritu, porque tú grey es alerta y se anticipa y ataca.

A veces quisiera ser un poco más como tu.
Nunca dejando que el dolor de otros te carcoma los sentidos.

A veces quisiera ser un poco más como tu.
Dejando a un lado el manojo de sentimientos con corazón abierto.
Sin ser presa fácil para aquel que solo miente.
Sin la coraza blandida por el amor que es traicionado.

A veces quisiera ser un poco más como tu.


Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
10/12/2016.



miércoles, 7 de diciembre de 2016

Solo eres un recuerdo perdido.



Mi alma fue simplemente un rehén solitario del reflejo de tus ojos.
Lo tengo que aceptar, sin aspavientos. 
No contuve la suficiente fuerza para retenerte.
No lo quise, no me lo merecía.
No tenía porque rogar por una caricia. 
O implorar por un simple te quiero.

Si quieres irte lejos, solo vete.
No volveré a derramar ni una sola lagrima partida a la mitad por ti.
Contigo se esfumaron mis últimas plegarias.

No giraré el rostro hacia la ventana de la esquina de mi casa.
Con la única esperanza de poder ver caminar tu silueta hacia mi vieja puerta de madera.

Tú adiós cerrará para mí un laberinto sin retorno.
Porque a tu lado nunca tuve un destino a un puerto seguro.
Siempre naufragó mi corazón a tu antojo.
En cada capricho que en excusa lo habías convertido.   
Este ciclo de la vida que respiro se trasladó a un capítulo maldito.
Ahora lo sé.
Ahora que por fin tu silueta en un reflejo en un recuerdo perdido.


Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
07/12/2016.


lunes, 5 de diciembre de 2016

Esas cicatrices nos hacen ser una pieza más hermosa.




Acepto con gusto las muchas veces que las cosas están lejos de mi control.

Ahora me doy cuenta que no fue mi culpa.
Eso me anima a seguir adelante sin ningún remordimiento.

Sé que soy como esa taza de cerámica que alguna vez fue rota.
Y que una a una sus piezas se van uniendo con los pedazos del alma del oro y la plata de la reconciliación.

Ahora entiendo que esas cicatrices y marcas nos hacen ser una pieza aún más hermosa.

Sé que tengo muchas imperfecciones todavía.
Y que tal vez moriré con la mayoría de ellas algún día.
Pero estoy seguro no me arrebatarás la búsqueda que tengo día a día por ser mejor.

Me aceptó pacíficamente.
En ese ciclo natural del crecimiento y de la decadencia de mi ser.
Nada doblegará mi corazón.

Poesía 
Miguel Adame Vazquez.
05/12/2016

Yo seguiré como un cerezo que florece.



Como una luz que se filtra a través de las hojas de los árboles.
Sigilosamente tus ojos me observan.
Quisieras poder adivinar lo que esconde mi alma.
Y vas silencioso cazando mi vida.
Como cuando el viento frío hace saber de la llegada del invierno.

Tú mayor deseo es que pronto de mí no quede nada.
Y que con la vehemencia estéril se doblegue mi ser sin la más mínima lucha.

No sientes el más mínimo remordimiento por ello, nunca lo has sentido al paso de los siglos.

Tu misión hasta ahora en tu eterna existencia.
Es robar mi bendita empatía.

Quisieras que dejara de sorprenderme por lo hermoso que es la vida.
Y que solo me consumiera en un manojo de cólera.

Ese es tu valor oscuro.
Que quiere ante lo efímero de la existencia.
Convertir mi esperanza en cenizas vacías.

Yo seguiré como un cerezo que florece.
Aferrándome a iluminar al interior de un bosque.

Nunca podrás corromper lo que tengo.
Es el conocimiento del universo que me evoca sentimientos y emocionales inexplicablemente profundos. 
Demasiado misteriosos para las solas palabras.

En ellos está mi creador.
En ellos está mí esperanza.

Poesía 
Miguel Adame Vazquez.
05/12/2016


domingo, 4 de diciembre de 2016

Nunca te deje de amar.




Nunca te deje de amar.
Esa es la única verdad.
Mi amor es ahora un amor maduro.
Lo veo en las canas que como nieve en las montañas anuncian los años en los cuales he pasado a tu lado.
En ese transcurrir del tiempo veo que ya no somos unos niños.
Tampoco somos aquellas dos almas jóvenes que jugábamos con el fuego a flor de piel.

Aunque muchas veces pensé que lo mejor era salir huyendo.
Ahora sé que el estar a tú lado 
Es la mejor rima de mi pasión.
Tú eres, seras y has sido la única musa que mi corazón ha amado.
Lo veo en las miles de letras que fluyen de mi alma y alimentan mi corazón.
Incontables son mis poesías para ti, tantas como la mismísima arena del mar.

Ahora se que el peor enemigo que tenemos.
Somos nosotros mismos.
Nosotros mismos nos exigimos mucho.
Convirtiéndonos en el peor juez para nuestra relación.
Y ante ese veredicto muchas veces lastimero.
Permanecemos encarcelados en nuestra propia mente, envenenado nuestra razón.

Convirtiendo nuestra misma convivencia.
En una carcel virtual que poco a poco nos mata. 
Hasta que solos, abrimos los ojos y dejamos de torturarnos sin razón.

Ahora sé que aún me amas.
Lo dices en cada melodía de ese piano llorón.
Y sé, que pasaremos muchos años más juntos amándonos.
Porque nuestra historia es una historia de amor.
Una a una la seguiremos escribiendo.
Con esfuerzo, entrega y dedicación.

Esa es la única respuesta secreta.
El amor de nuestro amor.

Esa es nuestra historia de vida.
Y en esa historia todavia no se escribe la última pasión.

Poesía.
Miguel Adame Vazquez.
04/12/2016.



sábado, 3 de diciembre de 2016

¿Te acuerdas cuando eras feliz?







¿Te acuerdas cuando eras feliz?

No te importaba que te vieran a mi lado.
Te era muy  indiferente las miradas ocultas de las sonrisas falsas.
Mis caricias en tu rostro eran un aliciente para tu hermosa alma.
Mi amor te hacía verte más radiante.

Nunca el tiempo fue lo suficientemente fuerte para poder alejarme de delante de tu presencia.

Las palabras pronunciadas por mi boca solo atinaban a expresar cuánto te amaba.
Era como un sueño que invade de noche y te lleva a imaginar los más sublimes deseos.

Mi corazón te amaba.
Lo hacía con pasión y locura.
Mi mente te vivía noche y día.
Podía escribir millones de versos en un solo día.
Mis ojos que nunca han mentido.
Te decían lo mucho que te necesitaba.
 Nuestros cuerpos eran uno solo en la soledad que es la vida.

Pero algo cambio de repente.

Ya mi mano no era una mano deseada.
Tampoco mis abrazos eran un calor que te reconfortara.
Mi piel ya no era el deseo de tu lujuria bendita.
Mi sol ya no era tu sol que iluminara la sonrisa.
Mis palabras eran para tus oídos solo letras necias.
Te volviste sorda para mi boca.
Y ciega para mí alma.
Me tenías de frente y no me querías ver cómo buscaba la forma de poder agradarte.
Me humillaba para que me amaras y solo conseguía tus infamias.
Y los días empezaron a ser días muy largos.
Y la soledad se convirtió en mi única compañera.

Las noches interminables a tu lado.
Se convirtieron ausencias solas.

Mi amor que el corazón derramaba a cántaros.
Se fue secando al llenarse de amargura.

Y todavía te atreves a preguntarme 
¿Que pasa con mi vida?

Ahora mi rostro no refleja la alegría.
Soy solo un pedazo de dolor que llora por tu presencia vacía.

Pero en esta historia de nuestras vidas.
Todavía no se escribe la última letra.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
02/12/2016.



Yo te llevaré al éxtasis sublime de un amanecer pleno.





Yo te llevaré al éxtasis sublime de un amanecer pleno.
Y cada una de tus palabras temblaran ante las miradas que desnudan mis ojos.
No podrán disimular cuánto te amo.

Y solo un suspiro supremo me salvará del vacío que llevan mis entrañas por no poder tenerte.

Te quiero con la fuerza de la razón de la vida.
 Porque entregarte toda mi pasión es más que un simple deseo.
Es una fuerza descomunal que mantengo adentro y no puedo contenerla cuando te veo.

El fuego de mi cuerpo no es un fuego apagado.
Déjeme acercarme a tu mundo y te demostraré que el universo es más grande conmigo a tu lado.
Y yo te llevaré al éxtasis sublime de un amanecer pleno.

Poesía.
 Miguel Adame Vazquez.
03/12/2016.

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  Otra vez silencio cuerpo ciego al borde del universo. Verso sin la fábula que arde vientre que apenas sabe vivir, la tierra se hunde sin t...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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