lunes, 3 de julio de 2017

Esta noche.



La noche quiere quitarme un poco de vida,
es necia en su andar, 
pues es con el tiempo como su mejor anzuelo 
que quiere de un sorbo 
conquistar a cada uno de mis deseos.

La noche se atrinchera en un rincón espontáneo 
para poder lograr tocar con la lluvia 
el único recuerdo que tengo escondido. 

La noche desea consumir mi vida,
sabe que ella es un regalo precioso,
no puede resistir en su impaciencia,
pues solo quiere continuar viviendo 
de mi camino en su propio andar.

La noche quisiera quedarse 
hasta que las noticias vivan 
en el mismo olvido de lo que fue.

Quisiera arrebatarme en un instante 
el momento que no se repetirá jamás.

La noche es cómplice de la paciencia 
en un espacio momentáneo.
Solo quiere seguir anidando esperanzas 
en un reloj que va un poco más de prisa.

La noche necesita soñar para no tener 
que perder en el instante el tiempo 
que se va durmiendo.

La noche necesita despertar con esa sensación 
maravillosa de haber hecho lo correcto.

La noche guardará en su osadía 
un montón de pretextos, 
sabe que no hace falta mucho 
para poder fragmentar aquellos instantes 
que son simplemente únicos.

Esta vez la noche fallará en su intento
de arrebatarme la humedad que se respira 
con el deseo de un aguacero de bondades.

La noche nunca cerrará a mis ojos 
con los sueños de un cansancio 
que fecunda las desdichas nocturnas,
no podrá quitarme la felicidad 
de una sonrisa que hace mucho 
no se dibujaba en mi familia.

La noche nunca podrá derrotar 
por completo a mí sensación de paz.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez
03/07/2017.


viernes, 30 de junio de 2017

La alegría no sólo pertenece al ganador.


La alegría no sólo pertenece al ganador.

Yo estuve vencido en un espacio sucesivo de dolor
y seguía siendo positivo,
no me importó que la paz estuviera callada, 
sin sobresaltos y luces en un escaparate de gloria 
luché por tener cariño.

Realmente el resplandor de la vida 
me fue borrando los rostros tristes,
y como una nueva criatura que nace 
amé a la luz y abandoné a los martirios.

La piedad mostró su bondad
Y gracias a eso nunca renuncié 
a lo justo y verdadero,
en mi jardín estaba el cielo azul 
repleto de esperanzas y sueños.

Hoy disfruto escuchar las palabras dulces,
las buenas noticias que hacen brillar 
a cada uno de mis más tiernos deseos.

Sé que a veces el amor es invadido 
y como una plaga de langostas 
las interminables mentiras calumnian mi gozo.

Pero esta noche nada impedirá que sea libre,
nada impedirá que esté completo.
Te tengo a ti.
Me tengo de nuevo.
La alegría no sólo pertenece al ganador.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
30/06/2017







jueves, 29 de junio de 2017

Cuando éramos niños


Cuando éramos niños (colaboración @MiguelAdame & @_Sejmet_)


El pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.
Pablo Neruda. 

Cuando era niño 
solía sentarme en la tierra negra,
era húmedo su olor a hierba
que nace en su esplendor.

Cuando era niño
amaba la sombra de ese árbol,
no comprendía su grandeza,
su voz me aturdía cuando
el viento agitaba su fulgor.

Cuando era niño
dejaba pasar las horas 
hasta que el sol me aturdía la razón,
no importaba en lo absoluto, 
pues eran las risas el mejor remedio 
para matar el aburrimiento del calor.

Cuando era niño
la montaña era mi cómplice de todos 
esos sueños que mi corta memoria imaginó.

Cuando era niño 
no podía contar todas las estrellas 
que se reunían ante nosotros a escuchar tu voz,
ignoraba que el silencio 
era más que palabras tristes con secretos.

Mi infancia se fue con el fin del fruto del huerto, 
solo quedó un recuerdo a la orilla del río
que sin el agua se secó.

Cuando era niña,
solía sentarme en la tierra yerma 
de un sur caliente
que, a duras penas, llora.

Cuando era niña,
me embelesaban sombreritos de bellotas,
hojas secas de algarroba,
los jazmines que la casa de mi abuela
perfumaban.

Cuando era niña,
lanzaba espigas a la espalda 
de mi padre
intentando hacer diana,
esperando su sonrisa en un giro
de cabeza, 
caminando por el campo.

Cuando era niña,
contemplaba la sierra a lo lejos
y tan cerca de mi casa,
rozando casi la luna 
sirviendo de escondite al sol
en decadencia.

Cuando era niña,
y, cuando no lo era tanto,
yo también erré en la suma 
de los astros,
no podía concentrarme 
admirando otros luceros
disfrutando del sosiego de dos bocas
en silencio.

Mi infancia no se fue
se guarece del invierno que trae la madurez
pero, a veces, aparece,
sobre todo, en primavera,
corre, salta y vocifera como loca.


"Cuando éramos niños (colaboración @MiguelAdame & @_Sejmet_)", un poema de _Sejmet_ via @poemame_poesia http://poemame.com/story/cuando-eramos-ninos-colaboracion-migueladame-_sejmet_

miércoles, 28 de junio de 2017

A todos los seres que he amado.


Es cierto ese rumor que me rodea,
deambula como si quisiera contarme 
algo de todos esos seres que he amado.

Es un recuerdo bajo la almohada,
que después de muchas noches
todavía se siente agazapado 
como si no recordara nada.

Mis sueños se escuchan a lo lejos, 
son más que un verano que agoniza 
con el calor radiante que se fuga en primavera.

Hoy he luchado con la fuerza 
de un árbol que brota,
sabiendo que siempre habrá lugares 
que dejamos a la deriva 
presas de un vestigio pasado que duele.

Nunca abandone a todas mis ilusiones,
se muy bien que la tristeza es más que fría.

Hoy he seguido en la batalla,
aún sabiendo que el enemigo 
es más grande que mis propias derrotas.

Hoy respiro sin ningún egoísmo,
odiando al protagonismo que tanto aleja.


No es sencillo amar al prójimo 
en un oasis fingido de sonrisas falsas,
se requiere dulzura y muchos abrazos 
para vencer con furia a la soberbia 
que es soez con la mentira.

Quisiera poder reunir a todas mis memorias  
y uno a uno recordar a todos los seres que he amado,
por ellos he luchado sin condiciones, 
orgullosamente lo haría de nuevo.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez
29/06/2017.









La vida


La vida (@MiguelAdame y @Canet)


La vida es áspera en el reclamo 
de una juventud que se marchita.

La vida es desleal con los años
que se acumulan en un sucio laberinto 
sin ventanas o puertas.

La vida es un muro desolado 
que se abre con el horror de mis fracasos 
esos que se han quedado abandonados con el dolor.

La vida es un pasado sin cenizas,
en donde no hay un cuerpo 
que contemple el olvido de un amor.

La vida es un sin fin de tierras mojadas,
en donde solo hay miseria que llora 
con la furia que desgasta sin razón.

La vida es una cicatriz que permanece atada 
al ruido que golpea a tu olvido.

La vida es más que solo caricias prófugas
que no se saben estar en paz.

La vida trae una lluvia con su semblante de agua
repiqueteando en las ventanas signos indescifrables.

La vida trae un invierno 
donde suelen caminar los desamores.

La vida nos obliga a acicalarla 
con objetos que embellecen las esperas:
colmando con versos y soledades
las noches sin claros de luna.

La vida es un breve transcurso
donde acontece lo inexplicable
y en la vastedad advertida
el disparatado universo
se guarece en el gesto,
en un insecto
o en lo ficticio de un firmamento sin aves.

La vida un eterno ocaso
que danza
en las bañadas pestañas del poeta
secuestrando sensaciones.
La vida es así.


La vida (@MiguelAdame y @Canet)





martes, 27 de junio de 2017

Nunca existió una soledad perfecta sin ti



Nunca existió la soledad perfecta,
no pude vivir en tu ausencia.

Nunca fuiste un mal recuerdo,
mi memoria te mantuvo impregnada 
en su tiempo.

El tiempo fue invisible ante tu pérdida,
solo pude terminar siendo un hombre ciego
que envejece ante las horas del ayer.

El universo te extraña, 
está vacío.
Solo le dejas un infinito inconcluso 
entre mis versos.

Nunca serás un breve espacio en mi dolor 
si no supiera cuánto te amo.

Nunca podré ocultar esas heridas
entre tantas palabras,
es inútil, ya lo sabría.

Nunca podrá existir 
una soledad perfecta sin ti.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
27/06/2017









lunes, 26 de junio de 2017

El efecto inmediato



Amamos el momento inmediato
El sendero que acorta el camino,
las palabras que se diluyen en un sorbo,
los versos fugaces,  
las ideas que se evaporan 
en un solo segundo.
  
No queremos perder tiempo
porque creemos 
que lo necesitaremos 
para otra cosa.

Buscamos la respuesta 
en un momento ausente,
como si preferíamos 
averiguarlo en el futuro.

Vivimos deseando seguir respirando
Y vivir bien.
Sin renunciar al pasado,
sin asuntos pendientes 
que nunca concluyen.

Amamos que nadie nos diga la verdad
Decidimos vivir en la mentira. 
Lo único que importa es no sentirnos mal.

Soñamos con transformar la vida a otros,
pero no deseamos que alguien 
cambie nuestro respirar.

Huimos del aliento del tiempo 
por temor a que se transforme en silencio.

Preferimos seguir despiertos,
el miedo es el mayor obstáculo 
para no despertar jamás.


Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
26/06/2017


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Es tu poesía

  Otra vez silencio cuerpo ciego al borde del universo. Verso sin la fábula que arde vientre que apenas sabe vivir, la tierra se hunde sin t...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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