Aquí estuve, aquí estoy, aquí estaré.
Por Maquinista Mute
Aquí estuve,
fuerte, inocente y nuevo,
en el bosque y los instantes,
en la mañana solemne
y el futuro en el alba.
Aquí estuve,
observando siempre
el bambú que crece
y el amor verdadero.
Aquí estuve,
inquieto y amoroso,
con la sangre caliente
y los pasos en la pradera.
Aquí estoy,
cada día,
en la trágica luna
y la tierna mirada que es tuya.
Aquí estoy,
de vuelta en la esquina,
contemplando la luz celestial,
lleno de palabras sin agonía.
Aquí estoy,
aunque el viento del mundo
pese y esté en contra;
es más fuerte la voz de amor
que la infame lejanía.
Aquí estaré,
sin perderme en la batalla;
mi espada no tiene engaños,
es fuerte y protegida,
tiene la luz de tu partida.
Aquí estaré,
sin las heridas del hierro
o el escarnio escarlata
de un ocaso que ya no nos mira.
Aquí estaré,
caminando y triste,
con el último verso que escribiste,
con la cabeza baja
y el epitafio en la penumbra.
Presente, pasado y futuro,
siempre para ti,
en la aventura indefinida
de un verso de amor.
Maquinista Mute ©
El amoroso.