sábado, 28 de noviembre de 2020

El otro poeta.





El otro,

el poeta,

el que no conocemos.


Permaneciendo en cada hoja,

en cada noche,

en cada historia.


Cómic de su confinamiento,

estéril,

porvenir sensible,

cualquiera.


Algo dijo,

no dijo,

vocablo desnudo

que vuelve con el viento.


Algunos días, 

pasado,

páginas que se olvidan

de las consecuencias.


El poeta quiere esculpir promesas,

no muere encima 

de nuestra frivolidad.


A veces la poesía tiene insolvencia,

cierra los ojos

solitario,

quiere sentir.


Mutilado,

remendar palabras,

pagando el precio

de la lucidez que ha escogido.


Tiempos de encierro,

verso en un laberinto,

ineluctable.


No se puede esparcir una tarde,

elogiar en la profundidad

de una angustia.


He de prometer una luz irreductible,

ante los escombros 

de una noche 

que se apaga en lo profundo.


El otro,

el poeta,

el que no conocemos.


El que se asusta 

con una mirada,

el que no tiene amigos,

que escribe mientras duermes.


Olvidalo,

pretextos poéticos

que no llegarán jamás.


Conquista 

vivir en un sórdido entorno,

endeble,

amanecer inocente en la penumbra.


La tristeza se lo lleva todo

igual a ti,

florece al borde del precipicio,

aflorando en su permanencia.


Invernando en la libertad bastarse,

aquí en el altiplano,

en la frágil quimera.


Seguiremos siendo 

un juramento de pandemia,

esa que nos dió tanto miedo

cómo si fuera un poeta desconocido.


El otro,

el poeta,

el que no conocemos.


viernes, 27 de noviembre de 2020

Errar a solas.

 


Errar, 

errar a solas,

temblando,

suspiros a la muerte.


Hoy mi corazón se ufana,

el aliento es horrendo

cuándo sabe a matorrales,

sombrío.


Sopla agitada 

la vergüenza tardía,

lamentos profundos,

pongo el corazón en un nido.


Quisiera ser esa hora 

que no lleva prisa,

no es sencillo

trascender en la ausencia.


Lucero tímido,

tu deleite amansa mi fuerza

sin la codicia de un sentimiento

que vió enmudecer a tú silencio.


Errar,

errar es sencillo,

busca la epopeya

esa que combate al subconsciente.


Somos débiles,

escasos,

presa de la crítica

mejor pagada.


Te conozco 

hasta mi desesperación, 

hasta que tú aroma persigue 

a mi espacio.


Muda es la memoria 

que siempre olvida,

cómo la desventura  

de un perro abandonado.


Errar, 

errar a solas,

temblando,

suspiros a la muerte.


Él Mute.


jueves, 26 de noviembre de 2020

Anciano

 




Anciano, el viejo

tu sueño anda suelto,

solloza la vida,

la noche tiene clamores granados.


Anciano, el exilio 

es cómo miel silvestre,

toda una vida vagando,

con el silencio solitario gritando.


Anciano, tu mundo

el cielo y la tierra,

suntuoso es el mar que llega mojando,

que llueva de nuevo te lo estoy rogando.


Anciano, no mueras

tu rostro es tímido

cuándo estás amando,

tus días saludan mirando a lo alto.


Anciano, amaste

tus ojos se arrugan,

se borra el cariño

tropel de un poema que va llegando.


Anciano, sonríe

lo has dado todo

ya nada te queda,

de niño veía tus manos.


Ahora anciano

veo mis manos,

sus manchas, 

sus frases.


Confieso 

pasión por poemas,

siempre lo he hecho

por siglos amando con ellas.


Él Mute

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Dicen que las palabras.

 


Dicen que las palabras

nunca se olvidan,

que son cómo máscaras

sonrisa marchita.


Yo creo que son eternas,

se respiran cómo el aire

en imperiosa agonía.


Las palabras a veces 

son inmutables,

cómo un cárcamo roto,

un dolor sin salida.


Las palabras exigen

una hermosa aurora,

qué mejor alegría

que una esperanza dichosa.


Dicen que las palabras

son salvajes y agudas,

lo que pienso enseguida,

son confusas y riman.


Llenan la noche

con el candor de una boca,

a veces se pierden

con mácula rota.


Las palabras 

son un crepúsculo antiguo,

deshojan las flores

alardeando a las rosas.


A veces incautan

un poco de estrellas,

sonidos sordos

que cazan cometas.


Dicen que las palabras

son cómo leche fresca,

tus labios sonríen

millones de cosas.


Las palabras ardientes

son perfumes y espigas,

dulces fraternas

inquietas dispersan.


Tus palabras repiten

un grito herido,

lo escucho profundo

no es la muerte, 

son puros quejidos.


Dicen que las palabras

nunca se olvidan,

las tuyas las traigo

sujetas y vivas.


Son poesías 

que trascienden,

melodioso recuerdo

que motivan mi vida.


Él Mute.

martes, 24 de noviembre de 2020

Estar herido




 Estar herido,

arrullo interminable,

la guerra corteja

dejando sacrificios.


Es probable

que desde los desolados aposentos

de una memoria agonizante,

aún recuerdo la tibia mano del amor.


Hagamos un poco de memoria

se escucha bonito,

desoír la vana súplica

de una noche sedienta de remordimiento.


Por qué ceder,

si confieso en una hoguera mis sentidos

el rumor se encargará

del naufragio consumado de un olvido.


Prefiero la tierra caliente,

tiembla el hombre triste en el horizonte

tras el frío de un bosque de eucaliptos.


Mejor escuchar la madrugada

que se apresura a amanecer,

escuchar el ronroneo de su desnudez.


Nada es mejor

que el silencio de una agonía

bendita calma,

cómo un café de mañana.


Es extraño

nadie lo vió,

las miradas vigilan

cada mácula del alba.


Violento el aire que penetra

con cada aroma y esencia de prisa,

que afán de descansar

de la espesa bruma de ayer.


Estar herido,

rechazo llorar en las acequias

de la sabiduría de un buitre 

que sonríe en la parte oculta de la luna.


Basta de dramas

y duelos antiguos,

la doctrina de la vida es hermosa,

la fábula de vivir se narra sola.


Narremos la vida y sus secuelas,

después seguirán los años

con toda su refriega,

indeleble recuerdo de tantas batallas.



lunes, 23 de noviembre de 2020

Los remordimientos

 



Floreciendo,

ser un poco humilde

en el trágico momento.


La noche fría

arde en esperanza,

llamas al viento en su rebeldía.


El tiempo,

ilusión del espacio,

ímpetu cotidiano que nunca olvida.


Todos somos apacibles 

hasta que amamos,

ignominia de pedir socorro.


Sonríe,

mira los días 

en sus pensamientos.


Somos tan sórdidos,

el afán es triste 

cómo un corazón cansado.


Soy optimista,

me gusta murmurar 

entre los sueños.


Torbellinos del viento,

un poco de polvo 

hace feliz al que tanto limpia.


Así somos todos,

vivimos en prosa

por una fantasía.


No puedo dejar 

de pensar en ti,

la guerra tiene sus remordimientos.


Él Mute.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Sabré que viví

 


Quiero ir,

a dónde el río se torna

en un riachuelo

y el camino en un sendero.


Quiero dormir 

con el cielo muy de cerca

y la noche es frenesí.


Quiero respirar el aire libre

que sopla sin miedo,

caminar a dónde el dolor 

se pierde sin poder regresar.


Quiero ir a dónde 

no me importe el instante

y pueda ser más que una sombra

que le cuesta al tiempo partir.


Quiero beberme

el sol de un sorbo,

ver volar al colibrí

al llamado de un mejor aroma.


Quiero contar mis pasos

hasta que se pierdan,

escuchar el canto del mirlo

llamando a un cielo sin ti.


Quiero escalar la roca

en lo imposible,

que la montaña sea remota

cómo lo fuera algún día tu boca.


Quiero sentir ese árbol solitario

eterno y firme en lo imposible,

que espera el agua 

de un río subterráneo.


Quiero tomar las nubes 

de un brinco,

volar entre troncos caídos

sabiendo que nunca es suficiente.


Quiero que se olvide de mí,

hombre errante con la mirada 

demasiado tarde.


Quiero ser ese paraje secreto,

estrella fugaz

que retrata el firmamento.


Quiero ser ese paseante,

que mis pasos 

no guarden sus huellas.


Quiero prender esa fogata,

leer un poema de Neruda

y sentir.


Entonces sí,

en medio de todo eso

y en medio de nada

sabré que viví.


Él Mute.



sábado, 21 de noviembre de 2020

Esa noche


 Hubo una noche 

en la que el frío 

eligió a un poeta.


Lo miró sin mirarlo

tenue,

en silencio y espinos.


No se necesitan palabras,

tampoco la mirada 

que borre el recuerdo perdido.


Ya no hay flores en la zarza

es invierno,

la hierba seca 

sólo hace nidos.


Verde fué el romero

también el útil tomillo,

las margaritas, violetas y lirios 

sin agua son un triste motivo.


La huerta caza a la nieve,

monte y piedras,

sedientos olivos.


Polvorientos 

conservan recuerdos,

las rosas adornan

el campo tan frío.


El Dios que amamos 

mantiene al ciprés erguido,

a la rivera de blanco,

reconforta con gusto el camino.


En la serranía a lo lejos

se escucha el crujido,

es la primavera que sueña

ser un verso querido.


Cortaré un poco de lavanda,

su fragancia calmará

al almendro vacío.


Hoy es sólo

un puñado de varas,

que sin flores extraña el nido.


Las cosas que amo,

radiantes anuncian

que a la vida no le da frío.


No estés triste

la noche se reconforta,

el poeta siempre 

tiene su abrigo.


Él Mute.



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Es tu poesía

  Otra vez silencio cuerpo ciego al borde del universo. Verso sin la fábula que arde vientre que apenas sabe vivir, la tierra se hunde sin t...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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