La tierra y el bronce
el hombre piensa lento,
solo una vez arrulle el viento
con mi silencio
lleno de suelo y aromas profundos.
Viejo bosque
con sus recuerdos,
el viento tiene un cansancio que tiembla.
La noche agoniza luchando,
a cocido a mi boca
con un silencio profundo.
El mar me llama
fiel a su recuerdo acudí,
tengo miedo
a sus verdes poemas.
Hojas sueltas y su brisa,
qué frágil es el llanto
con el gozo de un rumor.
Vuela lira centinela,
danza fertil
tierra negra.
Profunda es mi voz
la bruma escoge bien
a cada estrella.
Cada instante fue mucho tiempo,
casi lejos
en la hondura de un sollozo
sin mentiras.
Prefiero las rosas
y un aroma profundo,
vuelve la angustia
y la pateó con mis risas.
Nos miramos
sabemos quiénes somos,
el problema es que callamos
y no decimos nada
por el odio a complicarnos.
Tierra y bronce
dulce vida,
brilla alegre como siempre,
cómo antes lo hacías.