sábado, 28 de agosto de 2021

Se feliz

 




Se feliz

en lo indefinido,

en la dulzura dolorosa de vivir.


En los momentos distantes

de una mañana en la fuimos 

nuestro propio espacio.


Se feliz

imitando a la verdad

en sus silencios más murmurantes.


En el viento y su inestable amor,

n la gaveta abierta de la imaginación,

en el tiempo que se muere tán rápido.


Seduciendo a la amargura con Bécquer,

en la escarcha de un sobresalto

de un mundo impetuoso.


Se feliz

en el cansancio de un delirio,

en la espera que no fuimos.


En el puño vacío

de un nombre olvidado,

en la palabra que levanta la cabeza.


En el perdón y el dolor

de no traer comida

hoy a casa.


En la piedra que tiembla

al rozar el crepúsculo

de un poeta romántico.


Se feliz

en el país desbastado,

en la niebla que aúlla por las sirenas.


En la fiebre de un remordimiento,

en el deseo de respirar

renovándose del cansancio.


Con la mano abandonando el infinito,

en la memoria suicida

que nunca se marchita.


Se feliz

en el circo desmantelado

de un viejo que no quiere irse.


En la risa de unos muslos

que caminan en la noche

de una solemne melancolía.


En la ironía suspendida

de los fríos y sollozos,

en el terciopelo suave de un diván.


Se feliz

en el tedio sonámbulo

de un poema abatido.


En el naufragio de un ataúd

que no quiere alejarse

en el olvido de un sepulcro vacío.


En el sueño de una agonía,

en el gorrión empeñado

por seguir volando.


Se feliz

en los milagros del mundo,

en la quiromancia de una enfermedad.


En la alondra y su canción

llena de flores,

en la mano fría que tiembla ilusionada.


En el surco de una semilla

violenta y pura,

en el crujido eterno de una oración.


Se feliz

porque todo lo demás duele,

percibe la brisa que trae amor.


Maquinista Mute.




lunes, 23 de agosto de 2021

El poema perpetuo

 




Fuegos moribundos

la poesía no se deja atrapar,

palabras vivientes.


El poeta permanece

idealizado el amor,

contando historias

en su felicidad.


Prosa que la muchedumbre

extirpa de su confinamiento,

grito estéril que quiere 

salvar el porvenir.


Cualquiera puede 

amar en un poema,

vocabulario desnudo 

de una palabra.


Viento insensible,

tengo miedo de las cosas 

imposibles de escribir.


De esas páginas que mueren

cuando la vida se niega

a renunciar a su lucidez.


La verdad es tan mentirosa,

como una musa sin miramientos perpetuos.


Ojos cerrados,

insolventes.

verso solitario

en su incandescencia.


Déjame sentirte inalterado,

en la fase ineluctable

que vive ferozmente 

en la construcción de mis lamentos.


Como esa nube precoz

que se precipita

llorando a cántaros su agonía.


Mundo vacío, 

indefinido,

voz que esparce su cuerpo

en una sonrisa.


En la bella tormenta 

que murmura palabras,

esas que despiden el nerviosismo 

de recitar la quimera de amar.


Qué respire

la mecánica celeste,

esa que me ha enseñado el infinito.


Corre, correremos juntos

en cada grito en primavera,

esparciendo el alfabeto y sus colores.


Como si la noche fuera

una promesa de amor,

cultivando desiertos

en la maleza de un jardín

que no se asusta.


Con la mirada fija

en la esperanza dibujada,

en la alquimia de un propósito 

que no se ha dejado nada.


Con los rostros hieráticos,

más allá de un espasmo sin razón,

tolerando la fiereza

de una voz farsante.


Flotando en la violencia

de un presente enfermo,

sin la distancia que tiene tristeza,

en el verso inicuo de su precipicio.


En los vestigios que destruyen

su renacimiento,

en la supervivencia de un poema

y su disidencia de vivir.


Sepultando nubes en un simulacro,

en la deserción que desea 

solo morirse.


Resistimos, 

recurrentes,

con el impulso de un amor 

que no se olvida del tiempo.


Aquí esperaré,

en el átomo de un verso,

disfrutando al leer los labios 

de una mirada.


Engañando a la muerte

para poder vivir,

en un poema perpetuo.



Maquinista.



jueves, 19 de agosto de 2021

Hojarasca inquieta

 




Hojarasca inquieta

delirante,

falacia en la arena.


La tierra que se queda

es imperfecta,

el olimpo triunfante.


Muéstrame tu herida

que muero rápido,

con la carnea otra parte.


Murmurando tristezas

en el horizonte,

con los oídos convulsos.


Con el frío rasgando a la ceniza,

asfixiandonos en la ponzoña 

de un beso sin labios.


Tiembla el silencio

es para siempre,

inmune a la enfermedad

de nuestro tiempo.


Con la distancia desnuda

en la falacia de una mirada inquietante.


Intangible

en el néctar pasajero

de una verdad a medias.


Raspando a la voz

cada palabra,

en el intemperie de un recuerdo 

que nos deshierba.


Hojarasca ínutil

marchita,

cementerio infecundo.


Aún así

nos das esperanza,

Llanto a los muertos tan quietos.


El dolor es una inocencia

injusta entre las estrellas

que ya no te hablan.


Llueve la avaricia

entre los jaguares,

frágil caricia 

contra el viento de un olvido.


Árboles que lloran

sin abrazarse,

sin decirse nada.


Hojas que caen

sin rastro alguno,

fragmentando el bosque.


Sollozo de una semilla 

secándose,

tu cuerpo late fuerte

en la hojarasca.


Demasiado abismo,

tus ojos clavan

una mirada helada.


La ilusión está enferma

en el instante de un espejismo.


Polvo de un naufragio,

la vida solo puede renacer.



Maquinista.



https://youtu.be/r0b-DBCBjNU




sábado, 14 de agosto de 2021

No tuvimos tiempo

 




Sombra inquieta

el silencio llora,

la quimera pide perdón.


Viento que golpea el asombro,

el tiempo tiene sueño

en una mirada de agonía.


Te busqué en mi adolescencia

en el huerto desesperado

de un pecado sin esperanza.


Floreció la llanura,

no tuvimos tiempo

todo creció en su agonía.


Al final,

la penumbra en su abismo

tuvo una sonrisa profunda.


Instinto,

luceros náufragos

que lloran a las estrellas.


Inquieta es la historia

en tu vientre,

el amor es un tulipan inocente.


Finges amor

tienes cansancio,

plegaría.


Quiero estar contigo

en la almendra

que aúlla a la montaña.


Vacío,

la madrugada

pierde tu música.


Pequeñas flores azules

plumas blancas,

camina hasta que el aliento sea feliz.


Quiero quedarme

sin despedida,

derrotando a la mañana tan disuelta.


Hojas secas

perfume de violetas,

piensa en mí.


La soledad es tan terrible

que enturbia las biznagas del monte,

luna, el poeta se oculta.


Calma,

tomemos un café

hasta que descanse tu obviedad.


A dónde escondes la esperanza

tan destructora,

contaré las sílabas de lo que nunca fue mío.



Maquinista.


lunes, 9 de agosto de 2021

Fragmentos de agosto

 



Nocturno

fragmentos de agosto,

el brote no va a ninguna parte.


El tiempo es tan repentino

urgente,

en el relieve de unas lágrimas.


Vuelo 

en la trágica comedia de vivir,

el amor se adelgaza ante lo inevitable.


Sílabas que lloran

amantes de la lluvia,

el silencio es tan heroico.


Si tan solo fuera una mirada

un instante cedido,

la voz de agosto que no se quiebra.


La muerte pasa tan oscura

faraónica,

tengo temor de que no le tengas miedo.


Estrellas

corazón imposible,

que el suspiro sea un verso prohibido.


Voltea hacia el horizonte,

tiene sed de una caricia

es la penumbra.


Árboles enloquecidos,

luces que cantan

contando cada estrella.


Anoche vine a buscarte,

todos éramos flores silvestres

hierba inmovíl que bebe el vacío.


Florece el olvido

es agosto,

la voz se entristece en cada caída.


Duerme

entumeciendo el ruido de mi sombra,

deshojando las risas en tanta pandemia.





domingo, 8 de agosto de 2021

El veneno del miedo.

 



La primavera tenía mi esperanza,

llegó el invierno con su desesperación

y a la primera oportunidad lo congeló todo.


Así que tomé un poco de nieve

era perfecta,

aunque perdí calor y sentí el frío.


En el frío tuve la oportunidad

de generar un recuerdo,

tu recuerdo.


Quise adaptarme a el frío

pero morí deseando vivir,

el frío no fue el culpable de todo.


La pandemia ha sacado 

lo mejor y lo peor de mí,

el veneno del miedo.


La muerte no me destruye,

lo hace un amanecer 

sin opción al futuro.


Tengo la libertad 

de hacerlo todo 

o no hacer nada.


Esa es la locura, 

el centro de mi fuerza y coraje

encontrarme a mí mismo y vivir.


Sin culpa y remordimiento,

con mis fracasos rotos

y mis esperanzas.


Arrancando 

a la última oportunidad

un corazón con amor.


Respirando a cada segundo,

sabiendo que la derrota y la victoria 

saben mejor cuando se comparten.


Mí camino es infinito

y a la vez muy corto,

depende de cómo quiera vivirlo.


Con la esperanza en la primavera

y estar contento con un copo de nieve,

sentir frío y calor a la vez es perfecto.



Maquinista Mute.



miércoles, 4 de agosto de 2021

Un día a la vez

 




El frío despierta temeroso

a el monstruo

que consume a la noche.


No hay destierro

en la lámpara ausente,

tampoco alegría que guarde a la flama.


Jubilosa la maldición

interrogante florece,

de día agobia sin ninguna acogida.


Desgarrando el silencio

que en ascenso

saborea su propia caída.


Mis gritos se esconden

en tus labios sin saberlo,

hasta que el gemido calla a sus sueños.


La mirada invoca al instante,

es sabia la vida

que no se guarda sus daños.


Huyó sin dudas el odio,

rencores ajenos

que secretos suicidan.


Escasos trofeos

voy recogiendo,

no cualquiera calibra su propio deseo.


Así que en una sonrisa

me aferro a la vida,

andando en el tiempo con poca saliva.


El crimen no tuvo amor

fue indiferente,

que importa la muerte si tienes la vida.


Mis ojos escriben

dormidos sus voces,

despierta con besos al aire que queda.


Herido de amor

cansado y dormido,

le doy un mordisco a la luna y tú conmigo.


Hasta que las penas brillen

en un acto de amor,

seré un anhelo en la vida.


Un día a la vez murmura el alba,

si hubiese poesía

la obsesión sería pura risa.


Mañana caminaremos de nuevo,

el tiempo es huraño

esboza sonrisas.


Maquinista Mute.


Para aquellos que pierden la esperanza,

ánimo, despertará la sonrisa.


 









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Vivir para siempre

  A ninguna parte, nunca tuve tiempo para que las lágrimas llenaran el cielo. Confieso que se fue la vida en una pincelada de gaviotas y cie...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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