Bajo la luz
la desnudez de un pensamiento,
mirada de un creyente.
¿Qué sabes tú?
si la memoria engaña hablándote,
dulce fragmento
de una voz sin garganta.
Pude besar tu corazón estremecido,
temblando,
es el entusiasmo sutil de unas palabras.
El mar arrebata
el sabor dulce de un aroma
que no se conforma
con una simple mirada.
Sacude mi cuerpo
ante del derrumbe ambulante.
El limbo se crispa,
sucumbe ante la pérdida
de un espejo que no guarda rencor.
El tiempo es referente,
sin violencia y cólera
sobrevives al olvido.
Siempre es así
Maquinista,
mira con un poema las estrellas.
Mute