Un rayo de luz es suficiente,
rayo oscuro del corazón
inerte, vidente.
¡Cuánto hace falta la luz!
hasta el átomo de mi cuerpo
lo necesita con urgencia.
Impregna mi voz de verdad
y me quitaré el disfraz de ser feliz,
rozar la sombra con amor a medio día.
Filtrare mi silencio,
sopesándolo,
observándose entre grietas.
Luz que se cuela,
mis ojos te tuvieron otra vez
en pequeños fragmentos,
la oscuridad está vacía sin tu despojo.
Noche pide disculpas,
el tiempo se diluye
con las caricias de mis ojos.
Rumor ansioso,
ruido desnudo
que quiere escucharme.
Basta de soberbia,
arráncame la vista de todas mis palabras
que se revele a mi vista tu amor.
Luz milagrosa
difusa,
el amanecer se libra de tu silueta,
milagrosa bondad,
que el poeta se funde.
Maquinista.
Hermosos poemas …
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