El tiempo se traga mis pulmones
no me avergüenza que el aire quiera huir de mi,
enfermero por mi propio mérito.
El morir lleva su prisa,
así que toso fuerte
hasta que la ausencia se vaya
y me deje vivir.
Aquí no existe inteligencia artificial
solo resquicios que agotan la paciencia
en un medicamento de patente.
Musa
casi soy polvo
en semana santa,
labios áridos dónde no salen palabras.
Cuál es el costo de no guardar silencio,
cuál es el precio de pintar una silueta
con la última esperanza.
El último aliento
de una lluvia que no llega en primavera,
los gorriones se han ido,
han muerto de sed.
Reloj que ofrece el dolor
a cambio de una oración para los que han pasado,
dame un trago de mezcal
y déjame decirte un poquito de amor.