Déjame mirar
más allá de las lágrimas,
de la penumbra
que alucinas cuando llega.
Quiero quedarme
con la calma del sándalo
con la sombra de un poeta
cuando sueña un poema.
Quiero vivir y amar,
morir es cosa
de todos los días,
amar es barato
pero nada sencillo
en estos días de mucha pena.
Me detuve,
nos detuvieron
tuvimos que observarnos,
nada nos gustó
de lo que el tiempo nos dejó.
Estábamos vacíos,
indecisos quedamos
ante la crisis del otro
que no supo cómo amarme,
no supe cómo amarte.
No supimos a quién culpar
a dónde huir,
qué ocupar para hablarnos
en esa eterna soledad
de tener que ocuparnos.
Nos tuvimos en nuestra orfandad
quisimos abrir los puños
y darnos las manos,
no supimos cómo tocarnos.
Muchos esperamos
con los dedos entumecidos,
no sabíamos cómo pronunciar
un te quiero,
estampas inéditas
que fuimos abandonado.
El limbo a crecido
con la misma materia,
murmura vacía
la oveja negra.
Muy lentamente
fuimos derrotando
a las violetas vencidas,
los sótanos enardecidos
a el musgo en la sombra
que nos va matando.
El fulgor fue
como una colmena,
como un papalote
en pleno vuelo,
como un manantial que brota
con aguas nuevas.
Dejemos de huir
que tu estampa inestable
es hermosa,
como venados traviesos
corrimos,
en la estepa amada
que aún nos queda.
Que no pasen los días
en la intransparencia,
vivamos como el albatros
como la nube ligera
que nada y todo se lleva.
Pronto será Mayo
correré junto a mis perros
con un sombrero de vela,
en un desvelo que ya no quema.
Seremos como el viento a la arena
nada queda
pero todo no se lleva.
Déjame mirar
más allá de estos días largos,
seremos más viejos
tal vez más felices,
más tristes, menos eternos.
Muchos habrán partido,
los recordaremos amándolos
tal como ellos lo hicieron
cuando eran primavera.
El espacio es un instante
que en eslabones nos entrega
tierra y vida es lo de ella.
Por eso aman las flores
en su fugaz principio
ellas sonríen,
obsequian con un verso
su aroma quieto.
Amaremos de nuevo
mucho mejor,
después de la Cuarentena.
Él Mute
19/04/2020.
