Huir
vamos, volemos,
cubiertos de horas
sin el tiempo.
Desbordamos el llanto
sin el recuerdo del pasado,
abandonemos el crepúsculo
pintarrojeado de un mundo sin rostro.
Te traeré luces
y frutos del huerto,
hasta qué la tristeza
sea una muralla inalcanzable.
Que tus ojos se suelten
al mirar extraños,
que suspiren con la luz
hasta qué la vida sea un coliseo.
Viajemos con la piedad
tomando la mano del viento,
hasta qué el amor me entierre
y me encuentre eterno.
Juramos amarnos
hasta el hueso,
apesar de la miseria tan humana
y no tan lejos.
Mute.
Hermosa poesía y admirable la persona que se inspira a realizarla, gracias por compartir.
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