El silencio madura cantando,
canta para poder ser amado.
Flota,
la belleza del amor
no es solitaria.
Mírame,
he olfateado las estrellas
en el cosmos está tu amor.
Ámame,
no voy a ninguna parte sin ti.
Mi mente está contigo,
llueve el tifón
lloriqueando por tu ausencia.
Resisto,
la noche canta paz.
Contigo el llamado del amor
es indomable.
Maquinista.
Estar solo
amanecer solo,
no llora el fragor de la muerte.
Nada se borra
con el silencio de un cadáver.
El canto esta de duelo,
triste y derrotado
por el milagro de una sombra
en su tortura.
Anímate,
el sedimento de una esperanza
es indeleble.
Rapsodia de una posdata enardecida,
toma el porvenir hasta que el cielo
acaricie ha cada mariposa
con el perfume de una poesía.
Seduce a mí memoria
sin la fatalidad de un residuo nostálgico
por cada amor perdido.
Amaste demasiado,
con el cóndilo exacto
de una exclamación talante de amor.
Estar solo
ser un vértigo dialéctico,
es cómo ser una selva astuta
sin tormentas.
Una combustión sin escalofríos,
un luto que no se despide con los sueños.
Sin una desdicha en la sílice
surcando el arrebato,
borrando el tiempo que tuvimos
sin que nada nos faltara.
Dudamos del cielo y su crepúsculo,
aún así fuimos felices
si acaso con miedo,
recogiendo plegarias
de un fragmento pasado.
Tanta oscuridad,
la verdad eterna siempre te amará
con la esperanza muy latente.
Ánimo,
ganarse un lugar
en el pliege del universo
no es lo más difícil.
La orilla de las cosas
siempre es un simulacro indeciso,
animate
hemos tocado fondo
suponiendo que la muerte lo es todo.
Después de la lluvia
viene un arcoiris susurrante,
para el amor nada es disidente
nada es imposible.
Estar solo
amanecer solo,
es no llorar con el fragor de la batalla.
no es lo peor sentir la muerte,
lo más difícil es estar vivo
y no darse cuenta cuánto amamos.
El verdadero sacrifico
es no ser feliz.
A veces la luz cambia
y es el paraíso.
El amor lo puede todo.
Maquinista Mute.
.
Los otros,
esos perdieron.
¿Qué fue del viento
que fragua el universo?
Ya no existe,
se fue a otra galaxia.
Los otros,
ellos ganaron.
Tomaron una motita de polvo
y delicadamente la guardaron
para sí en una memoria.
El cosmos nunca duele
solo está lejos,
brilla
cómo brilla.
Es como el amor
que nunca se acaba,
no se puede acabar.
Me niego,
lo que somos se transforma
en un billón de colores.
Polvos cósmicos,
pensamientos que se dilatan
con cada sombra que perfora a la luz.
Los otros,
somos nosotros.
Una mirada que no regresa,
una palabra que se niega
a ser una estrofa perdida.
Ojos que se rehúsan
a olvidar tu rostro,
aunque te escondas
en otra vía láctea.
No podrás hacer nada
mi mente
nunca evapora tu imagen.
El amor es un
acto voluntarioso.
Los otros,
ellos y todos,
somos nosotros.
Maquinista Mute.
Voy muriendo
naciendo entre tus labios,
hambriento de recuerdos
que cuentan a las estrellas.
Apenas suspiro
en la travesía
de un viejo camino.
Censurando tu sonrisa perfecta,
como un soneto errante
en una poesía libre.
Olvidar
no sé cómo olvidar,
la eternidad dura en tu ausencia.
Rotulando el tiempo
de un abismo en el crepúsculo,
sigo pulsando tus miedos
en un rostro que se esconde
de sí mismo.
Julio bastaría
para soñar con el mar
en un día diez y seis.
Siempre lo ha sido.
Las jaulas están llenas de rosas,
voces del bosque
delirio de un jardín indeciso.
Ámate.
Quiéreme un poco.
Casi todos podemos amar.
Maquinista Mute.
A veces la vida es un arcoiris,
otras veces es una lluvia
que no para para defenderme.
A veces la vida
es un universo de colores,
otras veces es un espejismo
barato que no para al morir.
A veces la vida
es tinta y tiempo,
otras veces es un cobarde juglar.
A veces la vida es alegría,
otras veces es solo muerte y polvo
de un hermoso colibrí.
A veces la vida es una forma de amar,
otras veces es una luz oscura
que huye del amor al verte partir.
A veces la vida es una canción,
otras veces es una despedida
sin tan siquiera un perdón.
A veces la vida es Dios,
otras veces siquiera es un recuerdo
que te puede olvidar.
A veces la vida ama por ti,
otras veces llora tan fuerte
que ya nunca sabe ya nada de ti.
A veces pienso
que cantar es de grillos
y me gusta cantar.
Maquinista Mute
Nadie será jamás
la consigna de una metáfora.
Es pretencioso querer ser libre,
libre es el poeta en un verso.
Ese que escribe en la noche
y no se pierde.
Acertijo de un amor
en el laberinto de un poema.
Que burle a la muerte en su espesor,
bebiendo el dolor
de una estrella iracunda.
Dulce es su aroma,
cómo el aroma de un crepúsculo
que huye al escuchar tu nombre.
Aunque el látigo del miedo
venga devorando universos.
Que nunca te alcance
con el hoyo negro,
de su propio anhelo.
Que la vida tenga un suspiro,
un suspiro rebelde.
Es más fácil maldecir
que orar y amar plenamente.
Elegí amar
sin la palabra que es ciega.
Buscaré emocionado
tal vez encuentre,
de eso se trata un poema.
Ser la consigna de una metáfora,
para eso se escribe de día.
Es aburrida esa historia,
así no es la vida.
Maquinista Mute.
La muerte reposa en el corazón,
esperando la hora
de escalar el cuerpo
con un escalofrío.
La muerte es un sueño
que invade cuando estamos débiles
y los ruidos respiran quisquillosos
por las esquinas.
La muerte no solloza tu nombre,
se mantiene despierta
sacudiendo con fuerza
la alegría de ya pronto tenerte.
La muerte
no tiene la espada de Dios,
eso es infamia
temblamos de miedo
por el silencio de un sanatorio.
La muerte no se lamenta
por un cuerpo herido,
envuelve en su boca
el aliento podrido.
La vida es más fiel,
espera cada mañana
con su rostro hermoso
asoleando a mi ventana.
La vida es amor
un mensaje de texto o una llamada,
el vuelo de los pájaros
un alimento, un recuerdo que llama.
La vida es ilusión
que se aferra al futuro,
esperando con esperanza
a que vengas a hablarle
con un poema efímero
pero no enfermo.
La vida lo es todo,
es generosa
es una playa y su agua,
una esposa que aún cansada
te quiere y te ama.
Muerte,
todavía no es tiempo
para que mis cenizas descansen
en el mausoleo de mi padre.
Vete lejos
que aún no te espero.
Maquinista Mute.
Déjame esconderme, huir de ti. Déjame buscar la esencia perfecta de la loca ausencia, salpicar el vacío con lo invisible. Déjame ir afuer...
