dejame cantar
en una noche con estrellas,
ser flores que amanecen contentas.
Déjame decir
las palabras precisas
esas que se escriben
sin las horas muertas,
quiero ser ese reloj de arena
que ya no cuenta los errores y las penas.
Cuando llegue el amor
seremos el momento preciso,
un manantial de vida
que espera con ansias
las flores blancas y negras.
Déjame brillar
como no lo hice antes,
despertar los recuerdos
que en la calma mantienen
a la mente más que contenta.
Cuando llegue el amor
quiero olvidar el odio,
ser aire de viento que se lleva a el frío
ese que ya no tiembla
con un beso puro de un romance,
que no lleva la cuenta de su propio suspiro.
Déjame ser esa historia
que se cuenta con la esperanza,
que ama a esa mirada
que se mira con amor
de un lucero sincero.
Cuando llegue el amor
seremos un crepúsculo flotante,
los límites de un instante
que a escondidas ama
los poemas de Neruda y Bequer.
Déjame ser las letras que te gustan
las lágrimas que te lloran,
los secretos que se pierden
en una tormenta perfecta.
Llegó el amor y me dejaste,
ahora me pregunto
¿en dónde estás?
que no te veo.
Él Mute
26/01 /2020.
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