Mañana será como siempre
dolor, envidia, temor.
Con la luz queriendo escapar
de lo eterno y de lo exacto.
Con el instante y su corazón avaro,
como un sueño que no amanece.
Con la mirada llena de ojeras,
de tantas palabras que salen en silencio.
Con la voz que se ha cansado de ahuyentar el ruido,
largos segundos de una mirada desnuda.
Con la angustia y un crimen que hiere,
tan cómplice como la ausencia misma.
Con los pétalos fríos
por tanta rabieta.
Mañana será como siempre,
todo enfermo con el frío desvalido.
Numeroso es el miedo
que nocturno se acurruca conmigo.
Aquí estoy,
como si te estuviera esperando.
Respirando recuerdos
que no pueden verte.
Dibujando quisieras a todas horas,
con el orgullo tendiendo argucias eternas.
Oprimiendo a la pluma débil,
develando al secreto que ya me conoce.
Mudo y anhelante con tantos espasmos,
tibio y amando milagrosamente.
Nadie responde cuando la muerte tiene sueño
y tiene que decidirse con su daga ciega.
Mañana será como siempre.
Mute.
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