Luz, me has salvado
quiero afrontar a la vida
en su inútil tristeza.
Debo confesar que fue nostálgico
ver a la luz extrañando a las nubes,
fragmentando a su gracia sin tanta reyerta.
Hoy, tendré que afrontar mi camino
con las piedras profundas
y lágrimas plenas.
De mí depende un suspiro
pues de milagro vivo,
aún así luchó ante tantas flaquezas.
Urgente es el tiempo
que impaciente espera,
voraz es el silencio que llueve en sus penas.
Oscura es la muerte
que desfallece segura,
melodía silenciosa obediente la lleva.
Tú no lo sabes,
pero en septiembre el instante
lleva ceñida una sombra.
Mis brazos la agobian
temblando en estrellas,
llora, es un remedio que infalible olvida la cuenta.
Destellos de luz
qué dolorosa es la sombra,
el corazón resplandece
aunque ya no lo veas.
El cielo está herido,
aún así florece el jazmín
en la sublime belleza.
Sobrevive esta noche,
la luna es creciente
en su fría herencia.
La luz también te ha salvado
olvida a sus nubes,
bien vale la pena.
Maquinista Mute.
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