El tiempo y la cien
respira,
el insomnio es desigual
cuando huye el dolor.
Solo tristezas
las tumbas sobre los labios,
quisieron llorar
pero yo los amo.
Amor y ansiedad
llueve sobre mi pecho,
sonidos frágiles
es lo que siento silbando.
Había una vez
unas mejillas que sonreían,
sus ojos, sus cabellos
pureza hermosa
es lo que se veía.
Quiero vivir
sin el silencio de unas cuerdas vocales
que todo lo recuerdan,
que no se ahoguen los anhelos
para ello dame tus sueños.
Ha empezado a llover,
ni flores, ni lluvia
ni primavera,
prefiero tu sonrisa
la que no llega.
Llueve
lágrimas frías,
inmensa melancolía
el crepúsculo artillero,
es una metralla perdida.
La madrugada es una tumba de arcilla,
a veces la noche
huele a tierra dolida,
las ruinas de las palabras
sonríe,
nunca fuiste tan mía.
Mute.
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