martes, 17 de noviembre de 2020

Ante tanta pandemia



 La soledad es tenebrosa

eterna desdicha,

fugaz cansancio

en la deriva loca.


Los días naufragando

olvídalo todo,

eres muy jóven

toma tu vida y ama.


Que la mirada hermosa no miente,

que te alcance el infinito

para quererte.


Deja el dolor

sueña otra cosa,

niega el pasado

el absurdo pretexto de una ausencia rota.


Suspira la lluvia

ponte un perfume,

no tengas miedo

es muy sencillo seguir despierto.


Grita tu nombre,

que el racimo de flores adorne tu vida,

al cabo del tiempo

la noche es oscura.


La soledad rompe los labios,

brisa ausente

de eternos regalos.


De tanto silencio

te has olvidado de suspirar,

ramito seco que audaz galopa 

en un pensamiento que anhela.


La soledad rompió con la calma,

confín errante

que brota de un huerto callado.


Tu silencio grita,

jilguero feliz,

no necesita algo mejor 

que su propio silencio.


Mira a la tenue alba

y sonríe,

de eso se trata la vida

ante tanta pandemia.



Él Mute.


lunes, 16 de noviembre de 2020

Si pudiera ser necesario.

 


No pudo ser,

si pudiese,

si pudiera ser necesario.


Solo a veces 

estoy sin nada,

si llegara a llevárselo

supondría un apego de nadie.


Diáfana frase,

inaccesible, 

apagada,

tierra sin memoria.


Yo amé,

fui un secreto sin saberlo,

un instante ausente.


La vida calla

cuando es demasiado,

el tiempo ha esperado por ella

tantos años.


Brilla el invierno,

lo que fue

el rostro lo sabe.


Indaga el instante muerto

que ha vivido,

que ha existido perdido.


Llantos, risas,

bello mundo,

tan lejos.


Se fueron,

a veces recordar siquiera,

no existe ya eso.


Debimos ser dulces,

el hombre y su olvido,

en un mañana que duele.


El cielo,

el viento y sus caminos,

siempre debatiendo

nada asusta a un corazón afligido.


La poesía yo dije,

el amor puede ser,

si pudiese,

si pudiera ser necesario.


El Mute.


domingo, 15 de noviembre de 2020

El año que viene

 


El año que viene

buscaré el río y sus acacias,

miraré el cielo con ternura.


Con un poco de asombro

desfilare en timidez

por los silencios del tiempo.


No haré preguntas con urgencia,

juntaré las palabras

con mucho asombro.


El año que viene

dejaré morir las asperezas,

no contaré cuerpos en una sala de espera.


Seré feliz en lo ruidoso,

en un respiro absorberé violetas 

sin la tormenta.


No escribiré a los amigos

con heroísmo,

seré un visitante a ellos en lo finito.


El año que viene

seré infinito en lo infalible,

continuaré envejeciendo,sintiéndome niño.


Tomaré ginebra en coco nuevo,

un dulce suave 

con sus desvelos.


Nada impedirá el tumulto

sin respiradero,

sentiré frío pero no miedo.


El año que viene será implacable,

convertiremos en jungla 

nuestras verdades.


Seremos imprudentes

con piel desnuda,

cuánta vida, es para siempre.


Pasará el noticiario de largo

vago recuerdo insomne,

seré Miguel y su mochila.

El año que viene.


Él Mute.


sábado, 14 de noviembre de 2020

La profunda tristeza



 A veces

la vida se desgarra

con una profunda ternura.


Sentimos vergüenza

rabia hasta el fondo de la muerte,

vemos cómo se pudre

la intensidad ajena.


Hace falta tanto amor,

nos endurece el golpeteo

de un sentimiento

que no se anima a arriesgarse.


Somos clientes desesperados

de una metáfora

que es capaz de mentir

para sentirse viva.


Qué importa convivir con uno mismo,

si se acaban las excusas 

de una soledad 

que nos tiene acostumbrados a respirar.


Pena ajena,

doliente,

grito hundido,

flotante.


Un año más

pronunciando el silencio,

juntando piedras

para qué no salgas.


Tiempo vacío

la noche hundiéndose,

la mirada agrietandose

bajo la tristeza

de una pequeña casa.


Austero aprendí a quererte,

frío y calizo

en el destajo de una ceniza.


Cómo olvidarlo 

discreto que es tener la boca vacía,

el desierto en el corazón,

morir tan despacio.


Es cómo un sueño largo

que no recuerdas,

cómo clausurando el amor

antes de partir.


Abriga las penas

que la esperanza

tiene un oxigeno nuevo.


Le he dado de comer

cómo a esa gallina que se escapó,

está ahí, en el campo

queriendo respirar un aire nuevo.


Esperanza es que siga libre,

con la noche y el viento

sin sus lamentos.


Sin el miedo de morir despacio,

morir poco a poco,

a pedazos.


A veces

la vida se desgarra

con una profunda ternura.


Él Mute.




jueves, 12 de noviembre de 2020

El tiempo ha muerto



 El tiempo ha muerto 

se siente su pena,

sombrío asciende tardío

solitario en el vacío de un recuerdo.


Despierta inscrito

en el desamparo,

quimera que vislumbra

su propio letargo.


Confuso en la bruma 

descansa en la duda

de un albedrío mortuorio,

el peñasco es enorme desde lo alto.


 

Abstracto es el abandono 

de una desdicha eterna,

visiones que embargan

taciturnas el sueño.


Brisa que disipa el naufragio 

de una voz querellante,

reproche que duele 

sin un instante.


Felices eran 

en la noche aciaga,

de pronto viven 

lo que habían callado.


El tiempo ha muerto

se siente su pena,

absurda presencia 

que se cree serena.


Él Mute.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

Los necios



 Los necios

endeble encomienda,

parábola insomne

testaruda.


Más allá de un cedazo 

cierne la flor,

navegando en la locura

de los desprecios.


Te compré 

una pequeña planta de menta

huele su silencio,

desde el seto de un abedul 

partiré lejos.


Es justo olvidar aquella luz 

que no fue serena,

cómo extraño el campo,

la brisa que se atreve a vivir 

en cada fiesta.


El abismo socava

todo aquello que es inmóvil,

tan cerca me amaste 

que ahora te extraño.


Los necios tienen 

un recuerdo oscuro de la primavera,

luz ligera,

traslúcida vereda.


Te compré una suculenta,

dejarás ahora ese desierto

y se lo darás a ella.


Hace tanto frío

que el propio tiempo

ha perdido su incipiencia.


Luna deja la intriga

el mundo trae su propia pena,

nunca abandones un sueño 

olvídate de los necios

es mejor un poema.


Él Mute.



martes, 10 de noviembre de 2020

Llora el silencio

 


Llora el silencio,

huyen las horas vacías,

triste crepúsculo,

la inquietud se desborda sin vida.


Cartas de un hijo ausente,

trémula vida

de un subconsciente.


Siento amargura,

no veo la salida,

dolor,

el llanto no tiene risa.


La vida 

momento adecuado,

no sigas a tientas 

en la tormenta sentida.


En mi pecho cabe

una emoción misteriosa,

el mundo está prófugo

de tanto lamento.


Cuando vayas al mar

tráeme un poco de sol,

sombría alegría que envejece

trémula y fría enloquece enseguida.


Hoy la muerte

ha dejado un enigma,

la ausencia es tan rápida

que no deja salida.


Llora el silencio,

florece de día,

hoy los sueños despiertan,

se fueron sin fantasía.


Él Mute.

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Caricias y prosas

Ego qué fácil es perder la fé, testimonio del silencio en un instante inaudito. Soy el viejo poeta que quiere a los gatos, que cuenta a las ...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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