miércoles, 3 de enero de 2018

Esencia a la deriva.



El tiempo siempre cambia todas las formas de poder ser libres
confundiendo a las palabras para nunca encontrar el punto de partida
solo viviendo bajo la sombra de un recuerdo,
cautivando a los secretos para que no encuentren la salida.

La imagen de la esencia nunca se volvió instantánea
ante la nitidez de los versos,
nunca fue puro el revuelo para abrumar el vacío en lo que siento
la existencia nunca pudo contener en un instante el goteo del tiempo.

Nunca seré como esas nubes que vagan a la deriva,
siempre preferí estar atado al viento en un inmenso cielo
desvaneciendo las espinas que maltratan al cuerpo,
sujetándome fuerte a un oasis de mi pensamiento.

Quisiera poder encontrar a una esencia
que no se marchite al contemplar mis fracasos
y que viva de las dichas de un espejismo perplejo,
pero siempre gana la luz de ese borroso y real espejo.

He fabricado con demasiada alegría
un mar de aventuras escritas,
no me arrepiento de nada
pues he curtido mis historias con un amor verdadero.

La esencia siempre imita a la esencia de otros
trasluciendo verdades, a veces vendidas por un bajo precio,
sin tan siquiera obteniendo un simple te quiero
mendigando por unas cuantas miradas que nunca sabrás si saben que es vivir una vida.
Cada minuto que consumo al respirar sin darme cuenta de ello
me pesa la inconciencia que voy borrando a cada momento
con la esencia nítida de lo que hasta ahora construyó mi cuerpo,
desaprobando mi deserción de los sentidos opuestos.

Mi nombre aprieta el paso siempre sabiendo que el tiempo no es ciego
se ha llenado muchas esencias marchitas,
solo espero que antes que se interese por tomar de la mía pueda contemplar consumada mi vida.

Quiero ser esa esencia tan pura
como esa flor que es sostenida
con un puñado de tierra árida y fría
nunca seré como esas nubes que vagan perdidas a la deriva.

Poesía
Miguel Adame Vázquez.
03/01/2017

lunes, 1 de enero de 2018

En los sueños nadie muere



Te quise impresionar nuevamente
con un patético vacío interior,
para que pudieras imaginar lo que siento
y galopar tal vez conmigo
en un segundo sufrido y lento.

Me preguntas si la locura
es una enfermedad
o es un don del cual,
como si fuera posesión se hereda,
me pregunto que sentiras
cuando recitas en silencio
cada uno de mis pensamientos.

Sí se hereda la locura,
es como el tono de color de los ojos
que se brinca algunas generaciones
en su capricho para cambiar
su mirada vacilante y fria.

Llegó la inundación llevándoselo todo,
otra vez nadie me creyó y no hicieron nada
cuando vieron que se acercaba la ola con furia y estruendo,
te quedaste inerte muchos segundos
solo pudiste seguir mirando,
era como si a esa maravillosa manifestación
de la naturaleza la deberías contemplar
sin saber si era lo mejor
que correr o cerrar los ojos,
te quedaste a esperar como el lodo de la infamia
inundaba tu baúl de recuerdos presentes.

Me abrazaste con tanto amor
que te desconocí al verte,
el frío nunca a dejado de ser un aliado
en la estrategia de tenerte,
aun me duele el estomago
con tan solo recordar la idea
de cada mañana poder perderte.

Quisiera poder guardar silencio,
pero me traicionaron las ganas
de tener un poco de esa fama vacía
de un  bullicioso incipiente,
son solo abrazos vacíos de mi propio inconsciente.

Es cruel decirlo,
tan solo pensarlo se repudia
el saberlo me deja con la sensación
de sentir lo que piensas
con una voz tan baja
que cualquier ruido me atraganta.

Prefieres esconderte
en un closet oscuro,  
como si el dormir ahí te protegiera
de un pasado muy presente,
te defiendes muy bien lo reconozco,
pero temo que esos gritos en defensa
solo serán un pretexto más para atacarte,
si tan solo aprendieras a ignorarlos
y pasarás de frente sin mirarlos
no serías carnada de un ataque que duele.

Duerme,
que el dolor en tus ojos
solo será una historia de horror
que quiere tenerte,
nunca más enfermarás de una muerte insegura,
eres joven y la vida es para ti  
más que una promesa segura.

Ayer cayó aguanieve
en un cielo estrellado,
y la luna era tan naranja
que simulaba ser un sol de medianoche,
nunca es desanimado tarde
para en la vida no conformarse
con un intento estéril de sentir el rocío
de una sensación desilusionarse.

Me quisiste impresionar como última medida
de una locura desmedida,
pero solo se hereda el calor de un amor sincero,
duerme tranquila
y no te escondas en tus sueños,
que el soñar nunca duele,
nunca dolerán las heridas
cuando el amor crece.

Quisiera poder guardar silencio esta noche
así que dormiré para soñar y cerrar los ojos,
en los sueños nadie muere.

Poesía  
Miguel Adame Vázquez.

01/01/2018.


sábado, 30 de diciembre de 2017

La pérdida me hizo cambiar a ti.



Las pérdidas nos cambian
prefieres culpar a otros que culparte a ti,
vez tras vez el vacío cambia a tu mente
hasta que ya no dejas que nada te sostenga.

Con toda mi fuerza me sujete
hasta con las uñas de un aliento sufrido
para que eso fuera suficiente,
nunca lo fue para no cansarme
y negar que la fuerza del amor no es inagotable,
vez tras vez grité que no podía lograrlo
hasta que la voz se resquebrajó
en un montón de gritos sin sentido.

La tragedia me puso a prueba
hasta que de un trago amargo
me devoró de un sorbo,
saboreando mi último aliento
como si m fuera su último bocado antes de morir.

¿Quien me ayudo a vivir en mí sufrir?
siempre pensé que al ayudarme
te ayudabas a ti,
asi que ya no deje que mis ojos
reflejarán tu pérdida en mi.

Tú vacío hiriente dolía como el frío
que cae poco a poco con furia
en un torso desnudo,
eso nunca fue suficiente para de súbito desistir.

¿Y ahora me agradeces
por dejarte ver la esperanza?
fue tu valor para seguir sintiendo
que fulminó a esa respiración incierta,
eso fue lo que me diste
al redescubrir mí fortaleza,
me defendiste cuando me rompí en mil pedazos
aunque todavía recojo lo que fui?
en mil pedazos me levanto a diario
recibiendo cada parte de mí.

¿Rendirme?
simplemente nunca me deje sumergir
en esa agua cristalina
que aparentemente lo purifica todo,
todo menos mi sufrir.

Ahora solo deseo vivir
con todas mis fuerzas
ellas me quedan contentas,
estoy seguro que lograré sobrevivir.

¿De qué te asombras mirándolo?
¿acaso no has visto volar en el cielo
a un mirlo en su diminutos sentidos y blandir?

Las pérdidas nos cambian,
las tragedias nos ponen a prueba,
pero la esperanza redescubre
el nuevo deseo de existir,
ahora solo quiero caminar contigo de la mano
y disfrutar del cielo estrellado,

Ahora solo deseo mirar al cielo
y profusamente sonreír,
un día a la vez
hasta que la esperanza
retome su vuelo perdido
y pueda alegremente vivir
sin depender de nada ni de nadie,
sin depender de ti,
ese es mi mayor esfuerzo de la vida
viviré por ti sin que tú tengas que vivir por mí.

Poesía
Miguel Adame Vázquez.
31/12/2017.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Mi último descanso.



¿A quien le ladra ese perro
que inquieto soporta el frío de una noche
que con su viento gélido nos amaga?
de repente, de súbito el perro calla,
se apacigua al darse por vencido
ante la nula respuesta del silencio que apaga.


Mi gato busca su rincón preferido
ante la falta de calor en una noche silenciosa,
prefiere la cercanía de mi cuerpo
para robarse un poco de cariño
sin tener que realizar algún esfuerzo
me cuida con su ronroneo de los espasmos gélidos.


Llevo días simulando
que no existieron esas sombras
que pasaron de largo ignorándome
por la resolana de mis ojos,
¿a caso solo serán pensamientos
que la desdicha me presiona al sentirse como suyos?
desconozco su agonía en el crepúsculo
siempre para mi será un día nuevo
cuando el fulgor ya no sea una nítida utopía.


Pronto abandonaré a esa mirada tan mía
que cansada  me marea,
son las cicatrices heridas
que no soportan a los olvidos de unas canas
que pronto reirán por lo más sutil
de las melancolías recordadas.


La muerte ronda al rededor de mis palabras
llega gris y fría
sin avisar tan siquiera al tocar la puerta,
quisiera poder saber un poco más de ella
y darle con honra una bienvenida plena.
Estoy de luto, porque nunca sabré
qué fue del minino perdido,
ese que llegó con sus ojos tristes
pidiéndome asilo.


El dolor tiene su propio impulso
con el miedo como aliado
enfría cualquier intento de esperar en paz y con calma,
no sabré si habrá valido la pena
despertarme con la fuerza
de un sincero anhelo querido.


Me estoy acostumbrando
a tener el vacío como aliado,
tal vez el sueño reparare
a esos fragmentos que dañados estan perdidos.


Quisiera ser como ese rompecabezas  
en donde la última pieza exacta
es la esencia del amor soñado,  
quisiera poder tomar un descanso
en donde mi único refugio
sea tu amor tatuado con la fuerza de tu corazón.


El gato regresó esta mañana,
llegó más sucio y frío
que la esencia de la vida que siempre nos entrampa,
mi ultimo descanso será armar el rompecabezas de tu amor.


Poesía.
Miguel Adame Vazquez.

28/12/2017.

martes, 26 de diciembre de 2017

Poema invernal.



Cuesta tanto trabajo desnudarte
de la vergüenza que invade
que terminamos siendo
como un barco naufragado
en el mar de la contemplación
que ignora lo que observarnos.

Solo quiero poder leerte
y comprender tus letras ocultas
que nunca se atrevieron
desde que en la vida eres una mañana,
quiero interpretar a tu corazón
que se oculta tímido en unos versos
que nunca se atrevieron a salir
con el amanecer de unos ojos inquietos
por tratar de saber lo que guarda tu pasado
con tanta armonía y calma.

Nací en el año en el cual
te desprendiste de la vida,
como una memoria sin recuerdos
que en el tiempo se pasea desbocada,
como aquella vivencia que se ignora
con el sacrificio descubierto
de un espacio  frío de madrugada.

Observas mis lágrimas
a una voz quebrándose
débil en su fortaleza,
como el agua que escurre
del nacimiento en un ojo de agua.

Piensas que soy débil
e inestable por ello
pero sé llorar sin la débil
luna maltrecha y olvidada.

El verbo siempre opaca a la soberbia
que se siente ultrajada
por esas preguntas
que están ávidas por un vacío
que en su vergüenza las calla.  

Leeré tus poemas clandestinos  
antes que se conviertan en combustible
de una hoguera que no se calentará con nada.

Me he quedado esperando siempre
despierto a que te resignes a tus metáforas
prometiste con tus sueños
ya no sentir más vergüenza
y seguir desnudando a las palabras.

Lo has logrado conmigo
en el lenguaje tierno en el que amas
quiero develar tus últimas palabras,
te he aprendido a escribir letras
que no son prohibidas
son mi herencia de la que nunca hablas
tu amor iluminará toda mi calma.
Poesía
Miguel Adame Vazquez.

27/12/2017.

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Vivir para siempre

  A ninguna parte, nunca tuve tiempo para que las lágrimas llenaran el cielo. Confieso que se fue la vida en una pincelada de gaviotas y cie...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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