jueves, 16 de septiembre de 2021

Te ha cegado la poesía

 



Vida,

tráeme un girasol,

antes que el mediodía

abandone la felicidad.


Antes que la media noche

fronda a los sauces

y el tiempo humano

sea un niño enfermo.


Tal vez la noche

tenga memoria

y el silencio sea una ironía

cada vez más naufraga.


Tráeme a la penumbra

llena de hiedra,

sabré amar la gloria con gracia.


Antes que el recuerdo

balbuce inestable a la muerte

y el volcán en sobresalto

sea un fulgor que escupe fuego.


Tráeme un poco de cielo,

te mostraré el azul

sin la ansiedad de las cosas oscuras.


Entonces los cuerpos podrán fluir

en la dicha transparente 

de una esencia enloquecida

por un abrazo de amor.


Estúpida muerte

tú no debes morir,

las cenizas en el horizonte

son palabras que brillan 

a lo lejos de la luz.


La vida suspira

agonizante en la ida sin retorno,

serena piedad

no eras sólo mía.


En aquel confinamiento

la alegría crecía,

infatigable es la voz que se perdía.


Aquel mundo de tugurios,

pobres vivos sin eco.


Con sus camisas raídas

y sus rostros grises,

vestigios en el centro del mundo.


Tráeme un girasol

que la bella vida quiere sonreír,

te daré un chocolate en la mañana.


Pronto, 

que la noche llega,

escondida en el tiempo presente.


Violento y desgarrado es el dolor

bajo el triste viento.


Alegría mía

ya me puedes ver,

te ha cegado la poesía.



Maquinista Mute.



sábado, 11 de septiembre de 2021

Morir dos veces.

 




Morir dos veces

en el amor profundo,

remedio para mis penas

que no dejan olvidarte.


Violeta azul que sabe a tristeza,

guardamos silencio

con el oficio que vale la pena seguir,

derribarte en el subsuelo y morir.


Vivir encorvado

por tanta poesía,

amor mío

nadie más sabe de ti.


La estrella tiene un interrogante

que desorienta a el nuevo comienzo,

dulce silencio que sobresalta

el tacto de una faena de amor.


Flechas heridas

que descubren el horizonte,

llegar enfrentado

con el coraje y sus concreciones.


Tu sabor es una herencia

de un rencor compartido,

senil es la violencia

de no ser casi lo mismo.


Enséñame tus manos

con esas ilusiones riesgosas,

mi retina siempre tendrá

un rincón apagado.


Con el invierno viviré

sabiendo que nunca mueres,

me aferro a el otro jardín

desequilibrando la oda que transcurre lentamente.


Morir dos veces

en cada párpado,

nutriendo quisieras

con la necesidad de poder quedarse.


Amor profundo,

la noche brilla en el holocausto

de un acto de amor.

jueves, 9 de septiembre de 2021

¿Qué miras?

 




¿Qué miras?

miro el tiempo que no se detiene,

lo veo con estos ojos

que no quieren dormir.


He aprendido a mirar

grabando en mi mente

un infinito de matices.


Soñando con el horizonte

carente de certezas,

ensanchando a la grieta 

que salta al vacío.


Contemplo con crítica

la enorme diferencia

que intenta extinguirnos.


Las plantas, los animales,

la tierra con ramas

y una que otra raíz bien abierta.


Miro a los chapulines

en su intento apasionado de comer,

a la soledad que se convierte

en la mayor utilidad del ser humano.


¿Qué miras?

miro a la luna apuntando a la deriva,

la alegría de un hombre

suspirando encantado en su derroche.


Miro a la medianoche invariable

en su silencio tan cómplice,

a la lluvia silbante

que se desvanece naciente.


Miro que siento lo mismo

que aquel viejo hace cientos de años,

y aún así quiero poesía

para mirarme otro rato.




Maquinista Mute.







También te ha salvado

 




Luz, me has salvado

quiero afrontar a la vida 

en su inútil tristeza. 


Debo confesar que fue nostálgico

ver a la luz extrañando a las nubes,

fragmentando a su gracia sin tanta reyerta.


Hoy, tendré que afrontar mi camino

con las piedras profundas

y lágrimas plenas.


De mí depende un suspiro

pues de milagro vivo,

aún así luchó ante tantas flaquezas.


Urgente es el tiempo 

que impaciente espera,

voraz es el silencio que llueve en sus penas.


Oscura es la muerte

que desfallece segura,

melodía silenciosa obediente la lleva.


Tú no lo sabes,

pero en septiembre el instante

lleva ceñida una sombra.


Mis brazos la agobian

temblando en estrellas,

llora, es un remedio que infalible olvida la cuenta.

 

Destellos de luz

qué dolorosa es la sombra,

el corazón resplandece 

aunque ya no lo veas.


El cielo está herido,

aún así florece el jazmín

en la sublime belleza.


Sobrevive esta noche,

la luna es creciente

en su fría herencia.


La luz también te ha salvado

olvida a sus nubes,

bien vale la pena.



Maquinista Mute.


https://youtu.be/5biq_IBNSGo



domingo, 5 de septiembre de 2021

Hojas sueltas

 




Saber que alguien en cualquier parte del mundo puede leer o escuchar tu poesía por medios electrónicos en cualquier momento es maravilloso.


Pero el ver tus poemas impresos en un libro de papel, definitivamente no tiene precio.


Muchas gracias grupo editorial Portable por creer en nosotros por hacer el sueño de muchos una realidad.

Por hacer realidad el sueño de un poeta soñador.


Siguiente parada; un extraordinario poemario en solitario.


Salud y poesía.



jueves, 2 de septiembre de 2021

Mañana será como siempre

 




Mañana será como siempre

dolor, envidia, temor.


Con la luz queriendo escapar

de lo eterno y de lo exacto.


Con el instante y su corazón avaro,

como un sueño que no amanece.


Con la mirada llena de ojeras,

de tantas palabras que salen en silencio.


Con la voz que se ha cansado de ahuyentar el ruido,

largos segundos de una mirada desnuda.


Con la angustia y un crimen que hiere,

tan cómplice como la ausencia misma.


Con los pétalos fríos

por tanta rabieta.


Mañana será como siempre,

todo enfermo con el frío desvalido.


Numeroso es el miedo

que nocturno se acurruca conmigo.


Aquí estoy,

como si te estuviera esperando.


Respirando recuerdos

que no pueden verte.


Dibujando quisieras a todas horas,

con el orgullo tendiendo argucias eternas.


Oprimiendo a la pluma débil,

develando al secreto que ya me conoce.


Mudo y anhelante con tantos espasmos,

tibio y amando milagrosamente.


Nadie responde cuando la muerte tiene sueño

y  tiene que decidirse con su daga ciega.


Mañana será como siempre.


Mute.


sábado, 28 de agosto de 2021

Se feliz

 




Se feliz

en lo indefinido,

en la dulzura dolorosa de vivir.


En los momentos distantes

de una mañana en la fuimos 

nuestro propio espacio.


Se feliz

imitando a la verdad

en sus silencios más murmurantes.


En el viento y su inestable amor,

n la gaveta abierta de la imaginación,

en el tiempo que se muere tán rápido.


Seduciendo a la amargura con Bécquer,

en la escarcha de un sobresalto

de un mundo impetuoso.


Se feliz

en el cansancio de un delirio,

en la espera que no fuimos.


En el puño vacío

de un nombre olvidado,

en la palabra que levanta la cabeza.


En el perdón y el dolor

de no traer comida

hoy a casa.


En la piedra que tiembla

al rozar el crepúsculo

de un poeta romántico.


Se feliz

en el país desbastado,

en la niebla que aúlla por las sirenas.


En la fiebre de un remordimiento,

en el deseo de respirar

renovándose del cansancio.


Con la mano abandonando el infinito,

en la memoria suicida

que nunca se marchita.


Se feliz

en el circo desmantelado

de un viejo que no quiere irse.


En la risa de unos muslos

que caminan en la noche

de una solemne melancolía.


En la ironía suspendida

de los fríos y sollozos,

en el terciopelo suave de un diván.


Se feliz

en el tedio sonámbulo

de un poema abatido.


En el naufragio de un ataúd

que no quiere alejarse

en el olvido de un sepulcro vacío.


En el sueño de una agonía,

en el gorrión empeñado

por seguir volando.


Se feliz

en los milagros del mundo,

en la quiromancia de una enfermedad.


En la alondra y su canción

llena de flores,

en la mano fría que tiembla ilusionada.


En el surco de una semilla

violenta y pura,

en el crujido eterno de una oración.


Se feliz

porque todo lo demás duele,

percibe la brisa que trae amor.


Maquinista Mute.




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Vivir para siempre

  A ninguna parte, nunca tuve tiempo para que las lágrimas llenaran el cielo. Confieso que se fue la vida en una pincelada de gaviotas y cie...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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