El recuerdo gime en un espejismo,
mi piel oculta el tiempo
olvidando el pasado
de su propia historia.
El frío se hunde
en la espesura de una memoria
que recuerda sus triunfos
y olvida la letanía
de una palabra violenta.
A mi tacto le han arrebatado
su calor nocturno,
no arrodillo a la esperanza
siempre la luz reconoce al sol.
La noche es abstracta
en la sequía de un amor,
las flores silvestres florecen
sin el cuidado de nadie.
El amor es una victoria solitaria
su eco se comparte,
tus ojos son dos lunas disueltas.
El amoroso.