serenata de intenciones
en un oscuro y temeroso olvido
que jura no haber muerto.
No quisiera que me amaras por lástima
en el roce de la nostalgia
viéndome morir perdido en el desierto del rechazo
sin el tiempo como razón para vivir.
Todos alguna vez hemos amado,
con el deseo sano he insensato
que palpita fuerte en un corazón rabioso
nervioso por tanta adrenalina que oxigena el dolor.
Nada es secreto cuando hablas conmigo
es la naturaleza
a los veinte años nada verdaderamente es un riesgo,
todo lo puede un vendaval de pasión.
Mi verso eran palabras con muy poca estética,
qué importan las faltas de ortografías,
que no sepan leer un poema
nada vale una estrofa endecasílaba si no sabe amar.
Desde hace mucho tiempo
aprendí a leerte los ojos
a ver tu nobleza, tu ansiedad
tu agradable esperanza de esperar un día mejor.
Lo único que nunca aprendí fue a guardar silencio
a caminar en la llanura
buscando aromas silvestres
sin importarme el ocaso de un poema en la luna.
Eso lo olvide,
lo perdí junto con tu nombre
al despunte de un día
tal vez solo eras ironía en una fantasía.
Ahora ya soy bastante grande
como para vivir de una falacia
de un poema sin fortuna
un sueño resplandeciente en un verde laberinto.
Las palabras nunca encuentran su deleite
en un silencio presuroso
que le anda por verte pronto,
siempre estuve completamente convencido
que descubrí el amor por ti.
El mute
27/08/2018.
