De niño guardaba la tierra en jarritos
llenando de soledad el vacío
quería cambiar los colores
encender la guirnalda de flores.
Era un mundo pequeño
desbocado en sueños
muchos anhelos prohibidos
de un montón de pasiones.
Mis ojos velaban fingidos
el otoño juvenil y querido
amaba a la luna ignorante
el cansancio es eterno.
Un niño no sabe de tiempos
basta un instante
para envolverse en juegos
perdiendo las horas constantes.
Hoy el soplo fatiga a la vida
no es ignorante la flor que sentía
los días sucumben lejanos
con el sol, la lluvia y la risa.
De niño corría con gracia
amaba a sorbos lo que no bebía
hoy taciturno camino
pensando odiar la mentira.
La gloria se escribe con gracia
palabra que libera tu aroma
la rama distrae a las hojas
tú los conoces.
Robaron la huerta con calma
dejaron los mangos, no eran manilas,
perdidos en el ego
siguieron luchando.
Hoy es hermoso
disfrutar las estrellas
el campo recuerda
el amor del poeta.
Escucho a la noche,
es la lechuza que caza
el poeta se ahoga
en la inagotable paciencia.
De niño guardaba
la tierra en jarritos
llenando de soledad
el vacío inconcluso.
Quería cambiar de colores
encender la guirnalda
de bellas flores,
ahora quiero sacar esa tierra.
Enterrarme con ella
como si fuera arena,
a el niño no le importa
que el adulto se olvide.
el color de la última
era su Estrella
ahora brilla
como luces y centellas.
Él Mute
08/09/2019.
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