era un vacío borroso,
tuve que guardar silencio
antes las mentiras que me cautivaron.
Ascendí a un sucio mundo
como una infancia sin madre,
tragando el viento impávido volaba
inmóvil de miedo callaba.
Me fuí libre
como la aurora que espera a los muertos
juntando montoncitos de ceniza
para dibujar tu nombre en el suelo llano.
Me tape la boca ante el deseo y la carne
repitiendo a ratos
que las tinieblas sobran,
más tarde que pronto me sentí querido
como la noche que llega
con la esperanza blandida.
Mi propio amor descubrió
que no se necesita tocar las estrellas,
basta con una mirada inolvidable
que vulnere a los motivos
para saber que es tiempo de poetas
sin sobresaltos bandidos.
Él Mute
13/08/2019.
A mis lectores.
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Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.