Abrázame vida,
te quiero fuerte.
Torrente sanguíneo
recorriendo a cada segundo
a la memoria ausente.
Me he aferrado a ti,
no lo has notado.
Es difícil describir
lo necio que es un corazón.
Se ufana en posarse
en cada suspiro,
saber el sonido de tu aliento.
Arráncame la vida
sin más lamentos.
No puedo alejarme de ti,
aunque lo quiero.
Se adormecen las palabras
cada vez que intento
que no duelas.
Dueles, dueles mucho,
aunque te he de amar
flotando libre por el viento.
Rompiendo ataduras
de un sueño que sabe a distancia.
Inventando excusas
que llevan a tu silueta
en un crepúsculo.
Contándome historias
en cada fragmento
de eso tan tuyo,
perfume penetrante.
Estoy enfermo
de tanto verdor entre nosotros.
De tanto quemar un escalofrío
en un translúcido carmesí
de tus labios rotos.
De tantas flores
a punto de explotar,
en el regocijo de una ilusión
tan incierta.
Arráncame los ojos,
no los necesito.
Mi delirio tiene una inocencia
que es deliciosa.
Vendeme poemas vacíos.
Siluetas mostrándose en la memoria.
Eres mi musa,
en la ácida violencia
de poder vivir.
Cómo te disfruto,
hermosa y rebosante.
Tu cárcel de piedra
cuenta el tiempo de un porvenir.
Amas aquello
que no puedo tocar.
Por eso te quiero.
Inspiración.
Mute.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.