En la penumbra
vive la hiedra,
cubierta de abandono
volando, haciendo sus ruidos.
Ahí es dónde te vieron
vigilando las horas desiertas,
visitando a la tarde
balbuceando un cariño.
Resistiendo a la dicha
que cariñosa tuvimos.
La hojarasca está triste
ya no duerme el gato,
que escondido queriendo
huía de tú frío.
Cierro los ojos
y un canto del grillo,
suspira desierto
que horrible es vivirlo.
Se acaba el año
lo sé,
cansado y delirios.
Las palabras se escapan
eso lo hemos vivido,
estrellas de noche
aprieta los dientes.
Amenos,
yo eso es lo que siempre
solo contento espero
feliz soy
de haberte querido.
Maquinista Adams.
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