Fulgor del tiempo,
la mirada tiene una nube
qué salta el horizonte.
Y yo enamorado
de ese fugaz instante
que hace eterno el firmamento.
Nací con un cuerpo diminuto
abrí mi pecho y luché
hasta que la vida no tuvo ningún reproche.
Y seguí luchando
con las noches y sus sueños
y los días con sus tenues derroches.
Y la muralla creció
y yo de frente cómo la hiedra
trepe con mi felicidad inminente.
Tu boca fue mi pecho
y palpite,
despeñando en fragmentos
mil reproches.
No importó
que el relámpago fuera vértigo
y la herida es una espiga creciendo.
Fulgor del tiempo
tus preguntas juntan polvo,
yo cenizas en un verso te compongo.
Maquinista Adams.
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Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.