El mundo que quiero no existe sueño la voz de un espacio en silencio, te escucho, desgracia de unas líneas programadas para vivir. Nací poeta no fue casualidad, tampoco fue mi culpa vivir cada poema que he escrito. He amado cada fracción de la musa que ha latido en mi corazón, tanto poder en unas palabras que yacen bajo un poema enamorado. Somos instintos que yacen esperando un motivo, un efecto una descarga que incite al amor y acorralarlo. Dame una descarga de alegría, una razón que caiga del árbol como hoja de invierno. Puedo ver si mis ojos están cansados de tanto buscar tus ojos. Los he perdido nadie sabe nada, ese es el holocausto de un verso. ¿Acaso solo yo me he dado cuenta que todo es más viejo? inventemos al mundo que ya no existe. La musa está enferma, cuidemos su piel que su amor tiene esperanza. Después de todo para eso nací poeta, escribiré su historia con la tinta de una mirada. Todos quisiéramos ser la musa de un poeta, amar su poder. Algún día el poder de un poema será tuyo, es el poder de ser o no ser. El poder del poeta. Maquinista Adams.
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Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.