lunes, 13 de julio de 2020

El despojo somos nosotros



El despojo que somos

metáfora fría,

baldío de un amor perdido.


Que algo perdure de nosotros

el tiempo borroso,

repetimos desesperadamente

esa esperanza.


Creí en el amor,

precario

ilusorio porvenir.


Se acabó el tiempo

con la ausencia,

tus ojos fueron tristes,

no he dejado de pensar en esa luz.


Con la lluvia 

el desierto agolpa,

el agua hace brotar los verdores.


Te busco en el jardín

silencioso,

aún así perdura en el día 

en que llegó el olvido.


Somos ausentes,

el tiempo se encargó

de hacer vidas ajenas.


Otros serán 

al cabo de un verso olvidado,

viviré mi destierro con ternura

tu brillo perdura.


Quebranto,

sería más fácil

con algún remordimiento.


Que algo perdure de nosotros,

los sueños despiertan

son recuerdos,

el despojo somos nosotros.


domingo, 12 de julio de 2020

Cuánto ignoramos



Cuánto ignoramos,

las cenizas

las estrellas antiguas,

la humedad de un poema perdido.


El silencio de un secreto

el susurro del nido,

la lluvia que se agolpa

en un charco disperso.


La penumbra de una tarde 

que anuncia a la noche, 

el declive de la luz por un cielo

que se conmueve con lágrimas.


Esperando un verso 

cómo última esperanza,

la caricia de un faro

en una tarde que se escapa.


Cuánto ignoramos

palabras vanas,

fuente inagotable

sin ninguna gota de agua.


Ignoramos nuestros pensamientos

cómo si nunca pasará nada, 

absueltos de la propina solución 

que todo lo gana.


Ignoramos el tiempo robado,

nuestros propios olvidos 

que viven moribundos

sin la última esperanza.


Ignoramos la luna 

que nos espera,

la amistad de la vida

con cada palabra.


Ignoramos la idea

jamás pronunciada,

el destierro de una alquimia 

siempre alquilada.


Cuánto ignoramos,

la elegancia platónica

de una flor cegada, 

inalcanzable es su fragancia.


Ignoramos inútiles 

y angustiados

olvidando el clamor 

que siempre nos ama.


Vértigo arrinconado

en una voz vacía,

sueña que vives

deja atrás tu pasado.




sábado, 11 de julio de 2020

A todos nos pasa


Recuerdo remoto, 

perdido

los días antiguos

pasan con la memoria,

días de sombra.


A todos nos pasa

a todo nos lloran,

ahora somos mayores 

desde entonces

pasan tantas cosas.


Pasan los años

los recuerdos,

lo hemos hecho todo,

no hemos hecho nada

desde entonces.


Sólo merecemos vivir 

porque callamos 

las sombras,

llega el porvenir con su misterio

de un futuro incierto.


Nuestros tiempos 

son menos hermosos 

inconscientes,

amamos invocar 

a la Musa celeste.


Solo así tenemos 

el recuerdo perdido,

sensible y vago 

incómodo, 

ingrato.


No somos los mismos, 

hemos triunfado

a caso lo hemos hecho 

con nuestro 

propio fracaso.


Mi pobreza es inocente

ruidosa,

nunca novedosa 

descubierta

insólita.


He buscado el atardecer 

y su propia mañana

con su serena desigualdad,

satisfactoria

enamorada.


El ayer es historia

detenida y deseable, 

fresca 

cómo la paz y muerte, 

indiferente, dormida.


Sólo existe el espacio y tiempo,

simulacro de la muerte 

que apaga el viento

para no sentir 

el olor a muerto.


Los pájaros huyen de las ramas,

se dispersan 

con el paso de los días, 

repitiendo el infame amor 

de recolectar miradas.


Quiero ordenar constelaciones,

dormir en un sólo poema

remoto y perdido,

con mi antigua memoria 

de saber amar.









jueves, 9 de julio de 2020

Curar con palabras


No lo sabía
sabía curar con palabras,
le cortaron las manos
nada cambió en su vida.

Siguió curando heridas,
vanas arengas
nunca más lo han visto,
se fue entre los matorrales.

Valiente momento él amaba
curando enfermos que llaman,
a la vida no le tuvo miedo
secreta es la victoria 
cuando no hay envidia.

Qué a nadie le asombre
la vida de aquel hombre,
estoica es la fragancia
qué luciérnagas vigila sin nombre.

Se fue entre finas telarañas
esas que no sientes al tacto,
un poema no lo olvida 
de eso se trata seguir en esta vida.

No lo sabía 
sabía curar con palabras,
ahora el polvo se acumula
cuando todo es trama y envidia.

Tal vez algún día 
en una época extraña,
el curador de memorias perdidas 
regrese heroico auspiciando a la vida.

Se fue a leer el Quijote
a Whitman y uno que otro poeta,
de eso se tratan las letras 
curar con palabras a la vida misma.

A Óscar de Poémame.




miércoles, 8 de julio de 2020

El amoroso




 Te veo en la culpa
en el pecado de todo hombre,
en el tiempo que nos busca
en la pena que nos absorbe.

Te veo en la mirada de una mujer 
en un libro antiguo,
en la metáfora preferida
de una flor de formas infinitas.

Te veo en el cielo,
en el vuelo de una calandria
que llega con las lluvias
a construir su nido.

Te veo en el espejo 
en la hermosa mañana,
en la fugaz batalla
que siempre se alarga.

Te veo en el horizonte 
de una metáfora,
en la poesía en prosa
en la palabra que ama.

Te veo en lo que miras 
en lo único que no olvida la memoria,
en la eternidad que no se mide
en la ignorante sentencia que estorba.

Te veo en un duelo perdido,
en la medida exacta
de un segundo que pasa,
en la búsqueda eterna que nunca acaba.

Te veo en el tesoro
y la voz bizarra,
en el lucero enamorado
y la última esperanza.

Te veo en la huerta 
en el odio
en la guerra inmediata,
en el corazón de tus ojos.

Te veo en las voces
en la lágrima doliente,
en un recinto de oro 
un jacal sin serpientes.

Te veo en la corriente
en el caballo que corre
a todo brío,
en el extraño oficio de ser poeta.

Amoroso momento 
de agua y tierra,
te dicen tinieblas 
que la espada deja.

Yo sólo te nombro
con una palabra, 
entre risas y cenizas 
el amoroso te habla.


martes, 7 de julio de 2020

Tiempo para amarte



No lo sabía 

atrás de esa agonía

vivía un amor tardíamente.


Palabras más

palabras menos,

el amor se perdía entre la gente.


Entre el alba te soñé

tratando de ordenar

la bruma que me dejó quererte.


No pude olvidarte,

tu recuerdo engendró 

historias paralelas agobiantes.


Tú amor fue eterno,

nunca murió,lo que murió

fueron los vacíos del tiempo al perderme.


No lo supe hasta ahora 

me doy cuenta de ello,

amarte lo fue todo siempre.


Tú nunca te quisiste dar cuenta,

ahora vivo oscuramente

en las cosas inmortales que duelen.


Son amargas como el verbo

que se conjuga triste

en la lindura de los días alegres.


Ahora me preocupo

por no tenerte,

el efímero momento lo siente.


Lo demás es historia,

se escurre 

entre el asombro y la zozobra.


Obedecí a mis poemas

nunca te olvidan,

¡para qué!, es mejor tenerte.


Musa, vives entre la luna y la noche,

entre el silencio 

que se despierta al quererte.


Recordé tardíamente

que el contexto es diferente,

flexibles son las ideas por perderte.


Nunca tuve miedo 

sentí alivio no salvarme, 

amarte pudo no serlo todo.


Preocuparse fue sencillo

desperté y seguía amándote,

hundido en un duelo agobiante.


No lo sabía,

nunca has regresado 

musa alegre de siempre.


Olvidarte 

nunca fue fácil,

sólo faltó tiempo para amarte.




domingo, 5 de julio de 2020

El verso que perdí



Que me llamen,

si he de morir

que sea de silencio.


Si he de llorar

porque te quiero tanto,

que cada gota sea de verdad.


A veces lo decimos todo,

lo que amamos

lo que odiamos.


Sollozan las palabras

abrazan a la noche,

no tengo una flor que amar.


Yo te llevaría

a dónde me pusieron nombre,

no me arrepiento de amar.


Haberte querido tanto

con el fragor de esas mil batallas

dónde no siempre se gana.


Amoroso es salir del aire

sentado en la vergüenza

de haber soñado tanto.


Sintiendo la tristeza 

de una sonrisa ausente,

sabiendo que fui ingenuo.


A veces la justicia se tiñe los dientes,

somos vagabundos 

de nuestras propias decisiones.


Que me llame al paredón,

seré triste 

cómo un nardo pérdido.


No lo negaré todo,

que valga la pena 

estar enamorado sin fin.


No se muere uno de amor,

amanece el resplandor

ante la sombra tardía.


El aliento respira herido,

duele cada tarde que llueve

y no se lleva el suplicio de amor.


No todas las batallas son tuyas

tampoco todas las noches sin estrellas,

quiero el verso que perdí.



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El tiempo es para mí

 “El tiempo es para mí” El tiempo es para mí  soy la esperanza, la mirada del agua  la sonrisa de un instante. Mi poder desmorona  el abismo...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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