No lo sabía
atrás de esa agonía
vivía un amor tardíamente.
Palabras más
palabras menos,
el amor se perdía entre la gente.
Entre el alba te soñé
tratando de ordenar
la bruma que me dejó quererte.
No pude olvidarte,
tu recuerdo engendró
historias paralelas agobiantes.
Tú amor fue eterno,
nunca murió,lo que murió
fueron los vacíos del tiempo al perderme.
No lo supe hasta ahora
me doy cuenta de ello,
amarte lo fue todo siempre.
Tú nunca te quisiste dar cuenta,
ahora vivo oscuramente
en las cosas inmortales que duelen.
Son amargas como el verbo
que se conjuga triste
en la lindura de los días alegres.
Ahora me preocupo
por no tenerte,
el efímero momento lo siente.
Lo demás es historia,
se escurre
entre el asombro y la zozobra.
Obedecí a mis poemas
nunca te olvidan,
¡para qué!, es mejor tenerte.
Musa, vives entre la luna y la noche,
entre el silencio
que se despierta al quererte.
Recordé tardíamente
que el contexto es diferente,
flexibles son las ideas por perderte.
Nunca tuve miedo
sentí alivio no salvarme,
amarte pudo no serlo todo.
Preocuparse fue sencillo
desperté y seguía amándote,
hundido en un duelo agobiante.
No lo sabía,
nunca has regresado
musa alegre de siempre.
Olvidarte
nunca fue fácil,
sólo faltó tiempo para amarte.
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