Irrepetible

 

En el fondo me quisiste distinto,

la sombra tardía

perdura en la retina

de una mirada perdida.

Eres buena persona,

de qué me sirve

si muere el atardecer,

no alcanzó el sueño para despedirme.

El instante hace eco

en el amor ausente,

cuánta invención

para llegar al éxtasis de seguir vivo.

Prometí un verso

que duraría por siempre,

que difícil es

una ilusión que olvida.

El tiempo es un desierto perdido,

declina la mañana

con el aroma de la rosa

de un último beso.

Vivir es lo más hermoso

aunque no estés bien,

el jardín ilumina 

cualquier ocaso.

Que importa,

lo que daría 

por una memoria 

despierta hasta la aurora.

En el fondo nunca te olvido,

no has podido irte

irrepetible momento 

en el que yo te quise.

Él Mute.

Noche

 

Noche inconclusa

secreta,

déjame descifrarte

en el laberinto de un olvido.

Te otorgo mi silencio

con una mirada pura,

dónde la muerte no te alcance

y las estrellas perduren.

Te doy mi amor cierto,

sin la metralla

de una hoguera egocéntrica.

Toma mi mano

cierra la puerta para siempre,

te doy mi memoria

con sus ayeres.

Anda

te lo suplico,

no quiero asumir el tormento

de siempre perderte.

Ten misericordia de mi destierro,

te doy mi vergüenza,

mi descanso.

Nadie podrá ver mi ruina nunca,

mi plegaria será secreta,

cómo un verso olvidado

estaré a tu lado.

Noche,

no me despojes 

de todos mis rostros.

Seré valiente

invisible,

perdido en un destello de oro.

Noche de mil batallas

tengo hambre de ti,

toma mi riesgo

no me olvides.

Mi lugar es contigo

en el desvelo más inseguro,

perfecta será mi lágrima muerta.

Noche feliz

quiero ser,

no ignores mi infinito

tan desgastado.

Te doy mi historia entre nosotros

cada palabra que es para siempre,

hazme una aventura

hasta el confín de los tiempos.

Él Mute.

El que siempre ama

 

Hoy seré una voz 

insufrible en la memoria,

ocaso inmediato

un momento que gana.

Seré valiente

una noche solitaria,

habré mirado el horizonte

irrevocable memoria

que no olvida nada.

Desearé un futuro gigante,

deseando a cada hora 

mucha alegría con euforia.

Seré un sueño amado

sonriente, 

sin el recato olvidado.

Pensaré cosas eternas,

invulnerables,

sin la egocéntrica tristeza.

Seré más que una vana mirada,

derrotaré a la vaga soledad 

que innumerable hace 

lo que se le da la gana.

Construiré un sueño profundo,

ese que lo puede todo

porque simplemente siempre ama.

Seremos felices

 

Lo que fue,

eso ya no importa,

alguna vez brilló el destierro.

Ignora,

la noche te olvida

en cada sueño, 

te abraza, eres de ella.

Los años se casan

de tanta luna,

memoria que olvida

que fuiste niño.

Infinita nostalgia imposible,

las palabras son

un hábito ciego.

Para ti 

ni siquiera soy

lo que fuiste tú para mí.

Hundirse en la oscuridad

no es lo correcto,

las cosas en tinieblas

anhelan morir en otoño.

Esperemos mejor el invierno,

es más temerario

amanecer en la neblina fría.

Ahí podrás contemplar

lo que pierdo

en la firmeza de la tarde

de un rencor antiguo.

Lo que fue, 

esa ya no importa,

él pasado ha muerto en la víspera.

Nadie lo advirtió

ha ocurrido muy despacio,

al instante se le ha borrado

la memoria.

Seré valiente,

haberlo sido alguna vez

en ese ayer de algún tiempo

valió la pena.

Volveremos a vernos,

tomaré esa flor como caricia

iluminará el cielo tus ojos,

seremos felices sin tanto tiempo.

Él Mute.

Nunca me dejes

 

Aduladores,

gotas de lluvia 

caen veloces a la coladera

de un olvido seguro.

Borges decía;

el ejercicio de letras

es una vaga erudición.

Las palabras son hermosas

son amor,

no tengo que huir

o esconderme de ellas.

Quiero ser aprendizaje, 

voz suave

sin un tormento 

adormecido.

Quiero oír tu voz 

en mi memoria,

llanura secreta 

en una cordillera eterna.

Palabras,

Dios no está lejos de ti,

la fe mala es la que mata 

los poemas de otros.

Poesía, 

más que sintaxis del verbo,

es tomar un café solidario

aplaudiendo la estrofa que llora o ama.

Poesía,

pasión y dolor,

tierno abrazo 

cuando existe el enfado.

Musa hermosa

que ignora en solitario,

encanto de agua 

en una boca seca.

Poesía,

ruiseñor que canta 

el paisaje de la vida

camino a la muerte.

Nunca me dejes,

no quiero adular

a la propia muerte

en un entierro santo.

Él Mute.

Sin ninguna palabra

 

Este es mi secreto,

aquí te espero 

en el olvido de un amor

proscrito.

Fue tuyo,

hierro forjado

en el desierto.

Una noche,

sólo dame una noche,

te haré surgir 

en la memoria que sueña.

Este es mi secreto,

todos lo vieron,

hasta la muerte 

que siempre espera.

En el paraíso

la noche enamora,

tiene un aroma 

que nunca olvida.

Sólo dame una esperanza,

no hay nada más valiente

que un amor triste 

en sus anhelos.

Suave es la noche,

cuando la plegaria abraza.

Ahí te soñé,

cálida como el abrazo 

de un verbo que consuela.

Aquella noche

me dejaste en el aire,

inmóvil,

detenido en el tiempo que cura.

Te pedí que no lo hicieras,

ese abrazo lo fue todo,

su cuerpo fue mi montaña,

Ahora 

retoña la ceniza suspirando 

de poco en poco.

Todavía siento el corazón

y tu boca, 

sin ninguna palabra.

Él Mute.

Furtiva memoria

 

Primavera,

cálido encuentro 

entre el sol y la luna nueva.

¿A dónde has estado?

aquí me encuentro

subiendo y bajando

en la montaña rusa sin primavera.

¿Te parece un reclamo?

no lo es,

un instante ausente

no tiene memoria.

Ya nadie es cómplice

de lo inevitable,

todos partieron

están preocupados.

Esperando en cada suspiro

superar el otoño,

llegar a él invierno

con una botella.

Ahora que el jardín

tiene sombra,

¿qué cosa hacemos?

tu mano está fría.

Le hace falta alegría,

la lluvia está triste

le hace falta una sílaba

para sentirse completa.

Primavera,

suceso imprevisto,

el tiempo se ciega

furtiva memoria sin vida eterna.