domingo, 27 de diciembre de 2020

Amando el sol cada mañana

 


Los mudos

ausentes,

coleccionistas interminables.


Palabras escasas

solitarias,

fúnebres.


Hijos del silencio

hundidos,

acostumbrados.


Anhelo no olvidarme,

nadie extraña

versos gratuitos.


El domingo sabe 

a un año que se agota,

silbidos en un teatro vacío.


Memoria a la deriva

son estos tiempos,

vacíos, doliendo en diciembre.


Quien escribe augurios,

vida sin tiempo

el invierno y su hojarasca.


El ataúd del otro,

la poesía es un funeral olvidado

aboliendo el cansancio.


Zumba enero,

es posible

que la conciencia cuente historias.


Tengo miedo

de quedarme con un manojo de violetas,

amor sin mirada de fondo.

.

Lágrimas inmerecidas

que jamás perdimos,

la noche sabe tus sueños.


Suena la noche

es su fragancia

rosa amada, no supe olerte.


El frío se esconde

en una pregunta

sin respuesta.


En una voz 

con  los labios

partidos.


Con qué palabras

voy a todas partes,

arrullando mi soledad.


Tal vez mañana

no estará nadie,

tal vez estaré yo.


Juntando historias

del abecedario,

amando el sol cada mañana.


sábado, 26 de diciembre de 2020

Que la noche cuide tus sueños.



 Cuánto te quiero,

ojos vencidos

sin pensamientos.


Cómo un poema perdido,

prisionero de la guerra

nunca más esclavo de sí mismo.


Sé cuánto te esfuerzas,

presa de un pasado

pausando en silencio.


Lágrimas del universo

duelen,

nunca la mañana será la misma.


Cuesta amanecer

prefieres estar dormida,

ahí estás segura.


No encojas los hombros

buscando aceptarte,

tus miedos son una soledad bandida.


Te amo con tu hermosura

no tiene la culpa,

a ti te toca también amarte.


Deja la ausencia en el calabozo,

perdóname por no sujetar

la luna vacía.


La derrota es impaciente

siempre vacante,

siempre anónima.


Estaré contigo,

arrebatando poesías

al universo.


Nunca es demasiado imposible

querer es seguir queriendo,

sembrando estrellas en el firmamento.


Respira profundo

suspira,

que la noche cuide tus sueños.


viernes, 25 de diciembre de 2020

Sonríe

 



Sonríe

la sonrisa es inmortal,

las playas, el aire.


La rosa crece sin agua

silvestre,

el frío en su matorral.


Descansa,

pronto es demasiado pronto

no te asustes

el viento esta hecho de flores.


Aromas silvestres,

los pájaros estan tristes

extrañan las migajas de pan.


Sonríe

el sol derrocha clemencia,

no hay prisa

es el silencio que se hace oscuro.


Deja que tu esencia

vuelva conmigo,

furtiva

mordiendo las palabras.


Respira,

que la ausencia

nunca habla lo mismo.


Despacio,

el miedo es un cáncer

demasiado indigesto.


Canta las viejas canciones

esas que viven sin riesgo,

sin miedo de un ataúd.


Sonríe,

el duelo es un quebranto

muy solitario.


Ya no cuentes los muertos,

los vivos olvidan,

la ceniza no arde

a dónde tú vas.   


Nada nos pertenece



 Nada nos pertenece

la última mirada,

el delirio que llaman fastidio.


La soledad de un cuerpo extraño

la palabra  inolvidable,

el cuadro de Monet

el alba que florece en sus saúcos.


Nada nos pertenece,

el silencio que sangra

con cada palabra.


La tormenta eterna

de un profundo lamento,

el bosque desierto

las golondrinas volando 

en cielo abierto.


El recuerdo que atardece

en la vejez de un solo tiempo,

la noche que perdió el encanto

entonando el canto enamorado.


Nada nos pertenece,

la vida misma

en un vocablo estático.


El inhóspito lenguaje

de un atardecer sin mentiras,

la luz suspendida

en una fragancia oscura.


El sonido del mar

en un recuerdo pasado,

los olivos altos

desafiando a la nieve.


Nada nos pertenece

el amor inefable,

fugaz en la penumbra

impostergable.


Los sueños fieles

de un pensamiento

a la deriva.


El río ajeno

que dejaste en la partida,

el fervor colmado

de verdades y caricias.


Nada nos pertenece.


Al final confundimos el arrebato

con los años que se fugan,

deformando un arcoíris 

deambulante y a la deriva.


Nada tenemos,

sé feliz con lo prestado

el amor se confunde con apego,

solo Dios escucha lo que pasa 

en cada ruego que le lanzas.


Nada nos pertenece

todo lo tenemos bien prestado.



miércoles, 23 de diciembre de 2020

Bóveda de un firmamento

 



Silencio y angustia

nada perdura,

tengo miedo de partir

en un vacío eterno.


Distancia

sentir o morir,

romper el aire 

con una palabra.


Despacio,

fuiste tú

quien me enseñó

lo invisible del tiempo.


Volví a vivir

llevando los vientos,

amando sin mirarte

ahogando mis sueños 

en sus cenizas.


La gente olvida

lo que es el amor profundo,

lágrimas frías

que no saben oírlo.


Jamás veremos

el invierno y su crepúsculo,

la otra rivera

los pájaros en el horizonte.


Viento

para qué quiero el viento,

las estrellas están sin ti

escondiendo la bóveda del firmamento.


martes, 22 de diciembre de 2020

Respira.

 



Flota la memoria

fugando un puñado de sueños,

promisorios

de un año nuevo.


Amaste la propia vida

hoy es ausencia,

tantos siglos de ausencia.


Que se diluya el dolor

de un desamparo,

rompiendo a la noche

velando mi tristeza.


Amigo

que no llegue la llanura,

hace frío,

respira hondo.


Que no se acabe el mundo

sin tu aliento,

que no llegue la hora

con su lamento.


Que no renuncie la esperanza

me quedo contigo

despierto,

pendiente de un rumor perdido.


Amigo

he llorado en un rincón que estorba,

absorto

sin musitar palabras.


Que mi poema te abrace

interminable,

tanto que dar

que no da tiempo.


Engañemos

las horas baldías,

que baste lo incierto

en tu inocencia.


Hace viento en mi cansancio,

que la deriva 

no llene el exilio.


Mi esperanza permanece

improbable,

escondida en el abismo

doliendo en el pecho.


No te vallas

ese es mi ruego,

respira fuerte

es lo que quiero.


Me falta juventud

a tí, te sobra

amigo,

vencerás con las rosas..


Respira un poco de aire

el campo te extraña,

aquí te espero

hasta el otro mañana.


Mientras vuelves

velaré a el mundo por ti,

hasta dos veces

no importa más nada.


Amando con ganas




¿Quién llora?

la muerte,

pesadumbre imperfecta.


Palabra y silencio

¿quién habla?

el jazmín y el ámbar,

la tierra mojada.


Vivir a gotas de miel 

perderse en el tálamo,

eslabones de una metáfora.


Cuando uno muere

es cómo una poesía inconclusa,

duerme a ciegas dando la espalda.


Dibujando la edad

todas sus formas subterráneas,

para decir te quiero

es lo que gana.


Cada minuto en su órbita

desafiando miradas,

reposa perpetua

en el quebranto de una mañana.


Añorando momentos

en la fría madrugada,

instante,

a la garganta le cuesta 

entonar las palabras.


¿Quién ríe?

rosa enamorada,

el musgo es tan húmedo

que no huele ya a nada.


Se acaba diciembre

ya lo sabemos,

el sol y la nube

el tedio, 

amando con ganas.




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Caricias y prosas

Ego qué fácil es perder la fé, testimonio del silencio en un instante inaudito. Soy el viejo poeta que quiere a los gatos, que cuenta a las ...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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