martes, 15 de septiembre de 2020

Sin ninguna palabra

 



Este es mi secreto,

aquí te espero 

en el olvido de un amor

proscrito.


Fue tuyo,

hierro forjado

en el desierto.


Una noche,

sólo dame una noche,

te haré surgir 

en la memoria que sueña.


Este es mi secreto,

todos lo vieron,

hasta la muerte 

que siempre espera.


En el paraíso

la noche enamora,

tiene un aroma 

que nunca olvida.


Sólo dame una esperanza,

no hay nada más valiente

que un amor triste 

en sus anhelos.


Suave es la noche,

cuando la plegaria abraza.


Ahí te soñé,

cálida como el abrazo 

de un verbo que consuela.


Aquella noche

me dejaste en el aire,

inmóvil,

detenido en el tiempo que cura.


Te pedí que no lo hicieras,

ese abrazo lo fue todo,

su cuerpo fue mi montaña,


Ahora 

retoña la ceniza suspirando 

de poco en poco.


Todavía siento el corazón

y tu boca, 

sin ninguna palabra.


Él Mute.


lunes, 14 de septiembre de 2020

Furtiva memoria

 


Primavera,

cálido encuentro 

entre el sol y la luna nueva.


¿A dónde has estado?

aquí me encuentro

subiendo y bajando

en la montaña rusa sin primavera.


¿Te parece un reclamo?

no lo es,

un instante ausente

no tiene memoria.


Ya nadie es cómplice

de lo inevitable,

todos partieron

están preocupados.


Esperando en cada suspiro

superar el otoño,

llegar a él invierno

con una botella.


Ahora que el jardín

tiene sombra,

¿qué cosa hacemos?

tu mano está fría.


Le hace falta alegría,

la lluvia está triste

le hace falta una sílaba

para sentirse completa.


Primavera,

suceso imprevisto,

el tiempo se ciega

furtiva memoria sin vida eterna.








domingo, 13 de septiembre de 2020

Un amor sin mentiras

 


Lo que tengo

nostalgia de un soldado,

jardín que dejaste

en una mañana valiente.


Dicen que bajo el yelmo

se despoja la mentira,

soberbia que cabalga 

por lo pronto muy segura.


Quisiera abrazarte

imperfecto,

imaginando la epopeya

que es la vida.


No puedo besarte

sólo tengo sombras,

sinuosos momentos

que son días.


Lo que tengo 

no puede ser escrito,

amarte de frente

si no te hubieras ido.


Mis ojos borraron la soledad

en cada noche te espero,

en vela mantengo 

mis recuerdos.


Ínfimo instante,

infatigable y ominosa

es la agonía

de un silencio.


Lo que tengo

para ti,

es un amor 

sin mentiras.


Él Mute.


Ya no leemos poesía

 



En mis ojos 

estarán tus días,

sobran las palabras

en la quietud de una poesía.


Todos trataron de impresionarte

yo no lo hice,

tu metáfora calmó la ira.


Es cierto que el sueño

casi siempre se olvida,

contigo no necesito soñar

es mi deseo forjando una vida.


Fuego ardiente,

al final 

sólo fuimos cenizas.


Una palabra es suficiente

para perder la sonrisa.


Así de sencilla es la vida,

lo complicado es saberlo

ya no leemos poesía.


Él Mute.



sábado, 12 de septiembre de 2020

Nosotros



 Tiembla la mano

con tanta realidad

entre nosotros.


Fuerte es la muerte

ante un espejo.


Te veo con los ojos cerrados,

olvidando las paredes

y sus secretos.


Pasan los días usurpando

el bramido descifrado 

de un beso.


La soledad es larga

cuando se espera otra cosa,

el universo tiene el juicio

que no existe.


Interminables contrastes

de una mirada

que se está quedando sin vista.


Son los años

que ya no alcanzan,

se han desgastado

con tanto tener que sufrir.


No me hables de laberintos

sinuosos son los mares 

de la vida.


Cómo un tobogán tardío

vamos y venimos,

 lentamente se nos va la risa.


El amor es en vano

cuando tienes

que enterrar ahí 

tu memoria.


Me tiembla la mano,

la muralla es un escarnio

que tiene forma de serpiente.


Implora,

¿me sirve implorar?

nosotros ponemos los muertos

en los anaqueles.


Él Mute.




viernes, 11 de septiembre de 2020

Duele




Me duele el silencio

la intriga de vivir,

el lento parpadeo

de una noche oscura.


Lluviosa,

húmeda como la tempestad

de un pasado tormentoso

que toma su tiempo a la distancia.


Me duele el suspiro

que inhala hondo,

el vacío de no tener control

de las mentiras del otro.


 Me duele la calumnia

que no descansa,

el etéreo sigilo

de una alucinación apabullante.


Me duele ser yo

y no ser otro,

la lluvia interminable

sobre un suelo

que ya no resiste otra gota.


Me duele pensar lo que sucederá

lo que quieren que pase,

la respiración lenta,

la mirada perdida.


Me duele la ausencia

el espacio frío,

el recuerdo que se escapa

en un tiempo que nunca perdona.


Me duele tu imagen difusa,

las palabras pobres y rotas,

el pensamiento que se evapora

en otras cosas.


Me duele la ansiedad,

la levedad del ser,

el parpadeo 

de un infinito constante.


Me duele el desamor

de un porvenir irrevocable,

el despido de la anécdota rota.


Me duele el día siguiente

que ejecuta los actos 

involuntarios 

de un verso que sospecha.


Me duele la historia

que se repite,

la mano que tiembla

sin la bondad del amor.


Duele

duele mucho,

profundo hueco 

que no es lejano.


Él Mute.


miércoles, 9 de septiembre de 2020

El otoño soñando en su crepúsculo



 Crepúsculo

tarde gastada,

el tiempo olvida

el misterio de la noche.


Incesante es el poeta

que dejó escrito

sin mayor ilusión

que un laberinto.


La tarde se resigna,

alzó los ojos

y se pierde en el universo.


La memoria sueña

nadie nos mira,

así son las cosas.


Somos inconstantes,

cómo un montón de días

que nunca alcanzan

para encontrar la salida.


La tierra persiste

es el otoño,

oblicua forma

de restar agonía al sufrimiento.


Eterno futuro

sólo el ayer es mío,

historia aniquilada

con el coraje y la alegría de vivir.


Crepúsculo,

el ayer es tan breve

cómo lo es hoy.


Olvida los abrazos perdidos

son inmortales,

alguien más ocupará su lugar.


Seguiré escribiendo

sobre la proeza de tus labios,

fijando palabras 

a un verso impreciso.


Con el otoño soñando 

a un frío invierno,

con tu disciplina precisa,

irrevocable amor.


Él Mute.



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Un día a la vez

  Esperar hasta el final del camino,  no puedo,  necesito ahora ese último respiro. Quisiera cerrar los ojos y dormir  hasta que la vida sea...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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