Tiembla la mano
con tanta realidad
entre nosotros.
Fuerte es la muerte
ante un espejo.
Te veo con los ojos cerrados,
olvidando las paredes
y sus secretos.
Pasan los días usurpando
el bramido descifrado
de un beso.
La soledad es larga
cuando se espera otra cosa,
el universo tiene el juicio
que no existe.
Interminables contrastes
de una mirada
que se está quedando sin vista.
Son los años
que ya no alcanzan,
se han desgastado
con tanto tener que sufrir.
No me hables de laberintos
sinuosos son los mares
de la vida.
Cómo un tobogán tardío
vamos y venimos,
lentamente se nos va la risa.
El amor es en vano
cuando tienes
que enterrar ahí
tu memoria.
Me tiembla la mano,
la muralla es un escarnio
que tiene forma de serpiente.
Implora,
¿me sirve implorar?
nosotros ponemos los muertos
en los anaqueles.
Él Mute.
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