jueves, 27 de octubre de 2016

Después de la oscuridad, nace la luz.



Después de la oscuridad, nace la luz.
Aunque parezca ironía el desasosiego.
Porque es en las sombras donde se oculta el murmullo.
Y es en el egocentrismo blasfemo e impuro donde crece impune como un manojo de mala yerba, devorándolo todo.

Pero es ahí donde también donde después crece la esperanza sublime.
Porque nunca podrán terminar con todo lo que ha crecido en su tiempo.
Siempre sobrevive una poesía que no es cautiva.
Un pequeño retoño como ruego sublime.
Un abrazo que es solidario y fiel a la memoria que es buena.

Nunca será la oscuridad tan cegadora, que no te permita ver la luz al final del camino.
Porque nunca podrán arrebatar tú esencia.

Esa fragancia de aromas de sueños que siempre es una ilusión cautelosa.
Como lo es una hermosa mañana después de que huye la oscuridad.
Porque después de un reinado profundo que ata, nace la luz.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
28/10/2016.

martes, 25 de octubre de 2016

Nunca pierdas la fe.


El mundo está enfermo de tanto tener.
No cabe en sus manos tus sueños.
Esta cegado de poder.
No luches en su campo estéril sin ilusiones.
Mantente fuerte y firme en lo que realmente vale la pena.
Tu sabes muy bien que es lo que quieres.
Despliega tus fuerzas siempre adelante.
Porque el tiempo es un huracán insaciable que no perdona.

Nunca pierdas la esperanza de tener esa tenue luz que aunque apenas se asoma, siempre te ilumina toda el alma.
Es breve el espacio de un momento oportuno, pero siempre llega, nunca falla.
No pierdas la fe.
Después de una oscura noche, amanece y nace la luz que ilumina a la calma.

El frío nunca doblegará a la fuerza interior de un corazón que ama.
Ese calor de tu amor, siempre ha sido el alimento vital para mantener viva tú propia esperanza.
Nunca lo olvides.
Después de la tempestad viene la calma.

Miguel Adame Vazquez.
25/10/2016.


domingo, 23 de octubre de 2016

Cuando mis ojos ya no quisieron amanecer.



Cuando mis ojos quisieron cerrarse por una última vez y no querían contemplar el amanecer con el día que florece.
Fue tu calor quien me dio la esperanza.
Y tu amor incondicional de alma pura,  fue la salvación en un abandono seguro.

Ahora que veo ese recuerdo solo como un pasado.
Y contemplo mi rostro en el espejo de la madurez ganada.
Me doy cuenta que de ese montón de historias vividas he aprendido todo.
Y así, nunca volver a cometer el mismo error que me hizo querer dejar de respirar.

Fue ayer cuando mi cuerpo estaba vacío.
Y solo el universo y nadie más contemplaba lo absoluto de mi eterna agonía. 

Pero cuando más vacio era mi interior en la agonía.
Me aferre a tu cuerpecito indefenso necesitado del mío.
Y me diste la fuerza para querer poder vencer al mundo.

Ahora que te veo creciendo por el mundo agigantado.
Y veo mis ojos en el reflejo de tu misma alma.
Agradezco al infinito el momento justo en el cual me diste tu primer amor.

Siempre he pensado que existe algo más supremo que no comprendo del todo.
Que me escucha, que me observa y que me entiende sin hablar.
Que siempre me ha protegido dándome su guía iluminando mi sendero, dejándome un gran remanso de paz.

A ese ser superior yo agradezco.
Porque cuando mis ojos soñarón con cerrarse por una última vez.
Comprendí que mi aliento no es un aliento que es del todo mío.
Es solo un momento en el cosmos que es tiempo prestado.
En el cual tengo que honrar como a un tesoro, a quien en resguardo me ha entregado.
Y cuando llegue el momento indicado.
Yo le enseñaré cómo su mirada me ha salvado una y otra vez del oscuro vacío de no querer vivir.


Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
23/10/2016.

A la madre que deseó cambiar su existencia en el universo.


sábado, 22 de octubre de 2016

A mi padre.

VOZ: ROSALINDA
TEXTO: MIGUEL ADAME




Hasta que el sabor de la victoria corra con pies ligeros.


No importa cuento brille la noche con su fulgor.
Tú sonrisa es la más triste de nuestra existencia.
Se agotó el tiempo que alimenta el poder respirar esperanza, amor y ternura.

Hoy todo es oscuro y frío.
Solo el alma permanece caliente por sus ganas de vivir en un cuerpo completo.

Los sueños ya son ahora momentos robados.
Sueños de otros que no nacieron con el viento a su favor.

Hoy su única esperanza es no poder vivir mucho tiempo.
Porque lo tienen todo y a la vez no tienen ya nada.
Solo la montaña es testigo mudo que todo se agota.
Solo el río que suena caudaloso siempre será una alegría al sentir tus pies descalzos.

Pareciera que tú rincón de glorias pasadas será tú propia tumba en un presente que agobia.

Nadie me pregunta porque tú misericordia me ha dejado mudo.

Y perderé la fe que alguna vez tuve a manos llenas.

Tus ojos son una luz opaca que pierde la sensibilidad de poder creer.

Ya no te alcanzarán los pasos, por más que los alargues.

El tiempo, aliado del espíritu guerrero no será más ya tu vida.

Tu sangre pura es ya una sangre derramada.

A nadie le importa tu dolor y tu pasado.

¿Quien te honra?, si no eres más que un trofeo de los días domingos.

¿Quien te da voz?
Solo eres una sierra tupida de árboles frondosos y llenos de verdor.
Solo eres una lejanía que se borra con un solo olvido.

Ellos mismos contemplan tu soledad muda.
Y ríen silenciosos porque ya no te quedan fuerzas para poder pelear más.
Te han roto el ciclo de la vida, para no poder volver a empezar.

Pero no todo es un fuego perdido.

Solo los héroes anónimos, que en su honra te tomarán de la mano.
Y aunque temblorosos pero con sus pasos firmes sembrarán una chispa de la pura esperanza.

Un pequeño pedacito de fuego nuevo que calienta las manos desgastadas por tanto crujir de la tierra en ellas te será dado.

Porque ellos arriesgarán todo cuanto tienen, sin pedir nada a cambio.

Solo les bastará ver en tus ojos una poesía de esperanza.
Y poder luchar por tu gloria que nunca te abandono.

Aunque mis ojos a veces no pueden contener el río amargo de tu propio dolor.

Nunca te abandonaré.

Porque sería abandonar lo que me construyó en mí nuevo nacimiento.
Seguiremos adelante hasta que el sabor de la victoria corra con pies ligeros.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
22/10/2016.

A mis amigos rarámuri de pies ligeros que nunca se rinden porque saben que no están solos.









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Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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