viernes, 3 de febrero de 2017

Erase una vez hace diecisiete años


Quisiera ser un simple atardecer que al contemplar tu esencia pueda tocar con letras  tu alma.
Pero el burdo vacío de otros causa un efecto de fuga de aquellos sentimientos que requieren ser dañados.

Te veías tan segura creciendo.
Que recomponías una a una todas las piezas de tu propio rompecabezas.
Pero llegaron las aves de mal agüero a querer destruir tu orgullosa siembra.
Y poco a poco fueron consumiendo su fruto hasta que de él no quedo simplemente nada.

Ahora te encuentras bajo un fuego llameante que no se conduele con nada.
Solo te hace falta el agua de vida.
Ese instante único en donde te sentías segura.

Se muy bien que nunca podré estar siempre a tu lado.
Aunque sea un deseo soñado con todas mis fuerzas.
Se muy bien que tu tendrás que construir en tu campo tu propio espanta pájaros.
Y uno a uno dirás con voz firme.
Que a pesar de la angustia efímera de la juventud crecerás grandiosa en todas sus maneras.
Subsistirás con éxito encima del todo.

Nadie estará exento a tu ingeniosa locura.
O de aquellos delirios qué tal vez requieran paciencia.
Pero al mismo tiempo nadie podrá evitar el sentirse intensamente atrapado por tu única manera de construir con dulzura y confianza.

Para el mundo es más sencillo destruir y pisar lo que otros han sembrando.
Pero tú con tu fuerza harás que ellos entiendan que son sus oídos los que escuchan  todo lo que grita tu joven corazón.

No les importa que tu romanticismo sea un sentimiento atormentado.
Para ellos solo son un montón de coplas que están en perpetua extinción.

Porque eres mi sangre estoy seguro que pronto sabrás escoger tus momentos de vida.
Y podrás con amor construir con letras doradas tu nombre.

Yo estaré ahí para ti como siempre lo he estado.
Buscando para ti nuevos manantiales de agua fresca en un desierto malsano.

Yo estaré ahí para consolar a tus bellos poemas rotos.
Siempre seré tu padre.
Hasta el último aliento de vida.

Seré para ti un soldado estoico.
Que no lo moverán las tempestades.
Y contemplaré contigo la esencia de la vida.
Seré testigo de todo lo que has sembrado. 

Poesía.
Miguel Adame Vazquez.
03/02/2017.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Poesía es poder vivir la vida.






Poesía es poder pronunciar tu nombre sin métrica y rima.
Que importa que los siglos de retórica se nos vengan en cima.
Nunca he soñado ser calificado por las reglas de valoración crediticia de un poema.
Que importa que a sus ojos la estrofa sea indigna.
Lo único que  importa es poder sentirme  amado y alegre.

Huyo del golpe de la ansiedad que mata al cuerpo y destruye a todo lo que en verdad  edifica en la vida.

No quiero caer en el cancer que destierra a los sueños a una árida tierra perdida.

Entiendo muy bien que a nadie le gusta que le digan cómo debe de vivir su vida.
Y que yo solo repito en poesias los pensamientos que quiero para tocar su vida.

No puedo explicarme porque muchos pasamos toda una vida buscando consejos sin salida.
Sabiendo que tal vez a muy pocos les interesa en verdad nuestra tristeza deprimida.

Vamos buscando desesperadamente en todos los anaqueles vacíos de la misma vida.
Las decenas de libros que puedan ayudarnos a superar la pobreza de espíritu que nos hace amanecer sin una pizca de emoción o creencia.

Es por eso que para mí es poesía el poder sencillamente pronunciar tu bello nombre sin ninguna métrica o rima.

Entiendo muy bien que a muy pocos les interesa de verdad mi alegría.
Es por eso que me levanto y simplemente sigo adelante.
Con un sentido exacto que derrote  a la soberbia.

Nunca fue mi deseo seguir los estándares de un mundo que ahora colapsa.
Que muere en su búsqueda eterna de solo un protagonismo lleno de envidia.

La vida que realmente vale la pena vivir es más que solo sencilla.
Empieza por poder pronunciar tu nombre en una poesía.

Poesía.
Miguel Adame Vazquez.
01/02/2017.

martes, 31 de enero de 2017

No me llevaré a la tumba todos tus secretos.



Tus ojos son un claro reflejo del miedo que existe en ti.
No te culpo, con tu pasado cualquier momento puede ser oscuro y perturbador.
Tú no escogiste tener que vivirlo.
Tampoco yo pedí poder escribirlo.
Pero es algo que no se pudo evitar fácilmente.

Hoy reconozco que sabes vivir muy bien.
Siempre lo has hecho de una expendida manera. 
Y entonces mi única preocupación se convierte en saber cómo podré seguir aferrado a ti.
Respirando toda tu ansiedad para que seas libre.

Tal vez necesite tocar con tentación a tu memoria.
Y así recuperar por completo el habla.
Solía disfrutar demasiado la charla.
Ahora solo encuentro placer en escucharla.

Me preguntas el porqué de mi silencio. 
Tal vez no intuyas que prefiero hacer como si no pasara nada.

Tal vez tu siempre seguirás prefiriendo a la soledad como compañía única.
Aunque eso te convierta impopular.
Para ti no tiene ninguna importancia.
Eso nunca ha impedido que seas en el tiempo muy dichosa.

No me llevaré a la tumba todos tus secretos.
Tal vez los tengas que sobrellevar con impaciencia.

Pero estoy seguro que llegará el momento al final del camino.
En donde ambos tendremos que afrontar a  nuestras propias miradas.
Tal vez ahí sabremos con exactitud después de tanto tiempo.
Cuánto te amo y cuánto de verdad me amas.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
31/01/2017.

domingo, 29 de enero de 2017

El tiempo que no queremos olvidar.



Quisiera poder borrar todos aquellos recuerdos que se acumulan en el reloj del tiempo.
Y poder olvidar todas las ofensas que salieron de una boca difícil de callar.

Quisiera poder voltear la mirada hacia lo que has dejado atrás.
Pues resulta más sencillo hacerlo ahora que cargar a un costal sobre la espalda lleno de coraje que nunca he podido olvidar.

A veces mis oídos solo escuchan lo que muy vagamente en el pasado hemos querido lograr.
Pero muy pronto el hastío y la desesperanza vencen a lo poco que hemos podido cambiar.

A veces para nosotros nuestra actitud ha sido casi imperceptible.
Pero no lo ha sido para aquellos que han estado muy atentos observándonos.

A veces vamos como ciegos negando toda nuestra prepotencia sembrada.
Sin reconocer que hemos tirado a la basura todo ese optimismo que fue en nuestra vida muy sano.

La mejor aptitud ya no volverá a nuestras queridas primaveras.
Se marcho a pesar que nos prometió que duraría con nosotros toda la vida.

Ahora solo sabemos que esa promesa fue un espejismo barato.
Fue un sueño que duro hasta que sanamente llegó el momento para no ignorarlo más.

Ahora debemos conformarnos con escuchar a el magnífico silencio.
Y aprender de él porque es un excelente cómplice del tiempo.

Ahora debemos saber que es más sensato dejar que el telón de la vida baje.
Y con calma y paciencia esperar que nuevamente empiece la siguiente función.

Tal vez en ella si recibiremos flores y aplausos por todos nuestros mejores momentos vividos.

Ahora solo espera y sigamos deseando no borrar todos los recuerdos buenos.
Porque ese reloj del tiempo no detendrá su marcha.
Ahora el silencio es el mejor cómplice del tiempo que no queremos olvidar.

Poesía.
Miguel Adame Vazquez.
29/01/2017.

sábado, 28 de enero de 2017

Erase una vez un historia de amor.




Esta noche quiero componer un verso que describa la historia de tu vida.
No importaran las horas que han sido muy eternas cuando estoy lejos de tu lado.

Tampoco importaran los años que han transcurrido desafiantes.
Siempre serás mi única musa enamorada.
Porque cada una de mis letras son escritas con la mano de mi corazón.

Mis poemas siempre han sido parte de ti.
Son muchas las imágenes que quisieran revivir contando tu esencia.
Son como un cúmulo de palabras que nunca he pronunciado.

A veces ellas dicen solo las desdichas que degradan por la envidia y odio de otros por nuestra esencia de vivir.

A veces son solo historias que se repiten y duelen cuando las lees con la pureza de tu interior y solo sufres por la incapacidad de aceptarte y amarte sin ningún precio a cambio.

La poesía que te escribo solo te ama.
Siempre te ha amado por ser mi compañera de  historias maravillosas que nunca acaban.

Contigo he sido fuerza y esperanza.
Sonrisas y anhelos cumplidos.

Hoy tal vez la enfermedad te toca hasta el mismísimo tuétano.
Pero yo seguiré siendo tu guardián y fiel compañero.
Porque nunca terminaran aquellos años mozos en los que yo te prometí un amor verdadero.

No me fallaré en la promesa de amarte por el resto de mis días.
Porque espero que los años que nos faltan por vivir sean tan largos que podamos descansar de la sombra del árbol que sembré por ti.

Esta noche quiero escribir una poesía que narre la historia de mi vida.

Porque sé que no me alcanzarán las palabras que describan cuánto te he amado.

Lo sé porque solo soy un vivo reflejo de lo que tú me has amado todos estos años a mí.

Poesía.
Miguel Adame Vazquez.
28/01/2017.

viernes, 27 de enero de 2017

La última esperanza que acompaña a la derrota.







En que debo de refugiarme cuando se acabe la última esperanza.
Que aroma debo tomar del cielo cuando el amor no sea lo suficiente fuerte como para aguantar el fuerte tirón del enemigo.

Que carajos hago con un sorbete de melancolía que se aferra con mucha nostalgia.

Como me levanto otra vez después de estar convencido de que no volvería a caer de nuevo.

Como encuentro la paz en un corazón abatido.
Si lo he intentado todo sin ningún resultado positivo.

Quien me consolará a mí cuando se supone que soy la vanguardia en el centro de la ultima batalla.

Como trasformo la rabia y la tristeza en más que un sentimiento de impotencia.

Como me sentiré fuerte si muy de cerca he sido herido.

Como seguir luchando por mis sueños si solo son un montón de buenos motivos sin ningún éxito conseguido.

Cómo recuperar el tiempo perdido.
Si no puedo evitar que los ojos tristes acompañen a un semblante cabizbajo.

Como sonreír si la herida que sangra poco a poco acabará con lo último que todavía queda.

En que debo de refugiarme cuando se acabe la última esperanza.
Que debo de decir cuando ya no me quedan palabras que convenzan al tiempo.

Como mirar a las flores que tanto me gustan si ya no percibo su aroma que cautiva.

Es triste ver cómo las cosas simplemente suceden sin ningún remedio.
Es muy desconsolador sentir dolor en donde se debería sentir solo alivio.

Quien me acompañará en la soledad que sigue a la derrota.
En ella quiero un amanecer contigo.
Porque eres mi última guarida segura en esta hora de fuerte frustración y martirio.

No importa si no vencemos con la fuerza de un volcán que escupe con la fuerza que nace en su interior y estalla cubriendo todo lo que encuentra.
No te rindas ahora.
Porque yo pelearé contigo la última batalla.
Y seremos refugio seguro en la última esperanza.


Poesía 
Miguel Adame Vazquez
28/01/2017.

jueves, 26 de enero de 2017

Yo cuidaré de tus sueños.



Descansa.
A veces los sentimientos se van arremolinando  en un corazón abierto y pueden ser una carga muy pesada.

Muchas de esas veces no encontramos el camino por el cual podemos regresar a casa.
No te inquietes.
Tú propio instinto te llevará a la seguridad del nido.

A veces la vida es como aquella pequeña rendija  en la ventana.
Y puede ser muy angosto el sendero que conduce a lo que debe ser lo correcto.

Muchas veces el olvido te domina.
Y te niega a seguir adelante sabiendo que no pasará nada.

Descansa.
A veces la mente se acobarda.
Y uno quiere salir corriendo sin ningún miramiento.
Muchas veces la incertidumbre es un horror inmenso y no puedes controlarlo todo.

Tú eres el único dueño de tu vida.
Usa la sabiduría que tus antepasados te han heredado y vive.
Vive intensamente amando siempre la verdad.
Y esa será tu mejor guarida cuando estés lejos de casa.
Vive.
Vive hija amada.
Vive tu vida.
Porque estoy seguro que seguirás encontrando todas las respuestas a las preguntas que te oscurecen tu verdad.
Yo cuidaré de tus sueños.

Poesía.
Miguel Adame Vazquez.
26/01/2017.



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Vivir para siempre

  A ninguna parte, nunca tuve tiempo para que las lágrimas llenaran el cielo. Confieso que se fue la vida en una pincelada de gaviotas y cie...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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