viernes, 11 de septiembre de 2020

Duele




Me duele el silencio

la intriga de vivir,

el lento parpadeo

de una noche oscura.


Lluviosa,

húmeda como la tempestad

de un pasado tormentoso

que toma su tiempo a la distancia.


Me duele el suspiro

que inhala hondo,

el vacío de no tener control

de las mentiras del otro.


 Me duele la calumnia

que no descansa,

el etéreo sigilo

de una alucinación apabullante.


Me duele ser yo

y no ser otro,

la lluvia interminable

sobre un suelo

que ya no resiste otra gota.


Me duele pensar lo que sucederá

lo que quieren que pase,

la respiración lenta,

la mirada perdida.


Me duele la ausencia

el espacio frío,

el recuerdo que se escapa

en un tiempo que nunca perdona.


Me duele tu imagen difusa,

las palabras pobres y rotas,

el pensamiento que se evapora

en otras cosas.


Me duele la ansiedad,

la levedad del ser,

el parpadeo 

de un infinito constante.


Me duele el desamor

de un porvenir irrevocable,

el despido de la anécdota rota.


Me duele el día siguiente

que ejecuta los actos 

involuntarios 

de un verso que sospecha.


Me duele la historia

que se repite,

la mano que tiembla

sin la bondad del amor.


Duele

duele mucho,

profundo hueco 

que no es lejano.


Él Mute.


miércoles, 9 de septiembre de 2020

El otoño soñando en su crepúsculo



 Crepúsculo

tarde gastada,

el tiempo olvida

el misterio de la noche.


Incesante es el poeta

que dejó escrito

sin mayor ilusión

que un laberinto.


La tarde se resigna,

alzó los ojos

y se pierde en el universo.


La memoria sueña

nadie nos mira,

así son las cosas.


Somos inconstantes,

cómo un montón de días

que nunca alcanzan

para encontrar la salida.


La tierra persiste

es el otoño,

oblicua forma

de restar agonía al sufrimiento.


Eterno futuro

sólo el ayer es mío,

historia aniquilada

con el coraje y la alegría de vivir.


Crepúsculo,

el ayer es tan breve

cómo lo es hoy.


Olvida los abrazos perdidos

son inmortales,

alguien más ocupará su lugar.


Seguiré escribiendo

sobre la proeza de tus labios,

fijando palabras 

a un verso impreciso.


Con el otoño soñando 

a un frío invierno,

con tu disciplina precisa,

irrevocable amor.


Él Mute.



martes, 8 de septiembre de 2020

Quiero estar ahí

 


Se ha hecho costumbre morir,

morir duele,

es cómo olvidar

la sombra de las cosas

que te dieron vida.


Es una aflicción inaudita,

solemne,

catastrófica.


Es cómo un duelo 

que huye temprano,

un elogio postrero

bajo el llanto de un recuerdo.


Se ha hecho costumbre morir,

siglos y siglos 

agitando el caudal 

de un infinito.


Crepúsculo nocturno

que nunca duerme.


Pronto el desierto

será un río 

que arrastra la espada

de la propia muerte.


Quiero estar ahí,

juntando cada palabra

en un poema que vivirá 

para siempre.


Él Mute.







lunes, 7 de septiembre de 2020

El vendedor.




 Quiero vender felicidad,

cómprame un poco

de verdad.


Felicidad

de un brillo de ojos,

un bultito de corazón.


Para una desgracia,

un amor enfermo,

un rasguño de esperanza,

desolación.


Quiero cubrir la herida 

de una sombra

que se arrepiente.


Un valor contento

de un grito perdido,

en el suceso mejor olvidado.


Quiero vender esperanza,

la envuelvo en una hoja

del último periódico

con su noticia rota.


Cómprame un poco

de esa flor hermosa,

prefirió estar en un florero

sin marchitarse en el abandono.


La esperanza tiene brillo

es jóven,  

a través de los años

ha sido valiente.


Quiero vender consuelo

su voz es animosa,

canto cariñoso

de un breve tiempo.


No importa 

que el cielo quede lejos,

a la orilla prenderé la farola 

para sentirnos quietos.


Vendo flores de olvido

que no tienen tiempo,

compra un poco de mañana

que el amor es un forastero.


Brillo de tus ojos

que cubre la herida

con esperanza,

cómprame un poco con amor.


Él Mute.



sábado, 5 de septiembre de 2020

El triste




 El triste

¿quién fuiste?,

yo era,

estaba.


Mentira, espera,

sonríe,

atroz es la dureza

verdadera.


Las sombras,

el lodo,

silbido en septiembre,

es todo.


Ingenuo reproche que llevas,

costumbre,

valiente,

lo demás es pura gente.


Amores perdidos

verdadero camino,

la guerra,

nunca fue lo mismo.


Se me olvidó 

gastarme el tiempo

cuando era niño,

ahora ya todo es distinto.


Cualquiera, palabra,

aquí siempre pasa,

en el amor y la guerra

sólo queda el último latido.


La herida, 

valiente,

momentos,

el triste viene a verte.


Te fuiste,

pero no me he ido,

no sabes cómo me arrepiento

de no haberte pedido permiso.


Fuí triste

no llores,

el río está lleno

de tanto suspiro.


Él Mute.

viernes, 4 de septiembre de 2020

Navegué por el mundo

 



Navegué por el mundo 

solitario,

Amaneciendo en cada estrella

de la noche.


Aún recuerdo

es extraño,

el aroma a rosas

de tu cuarto.


Abuela mía

soy impreciso,

el nieto es terco

cómo un verso olvidado.


La noche es fría

y tormentosa,

que importa

el tiempo es acto irrevocable.


Tu sabías 

que la vida es un laberinto,

aún así nunca te perdiste

siempre encontraste lo transitado.


El bosque te hizo soñar

cómo agua suelta,

desafiando el universo

con su fiesta.


Abuela 

caminabas descalza,

siempre peinando

tu cabello negro perfumado.


Quién hubiera pensado

que algún día,

el crepúsculo 

sería un remordimiento sin envidia.


Navegue por el mundo

vi que el mundo es solitario,

recuerdo tu alba

en mi fiel parnaso.


Aún recuerdo 

la caoba, el cedro y el sándalo,

el cuerpo es una zozobra

del pasado.


Aquellos noche

supe qué es un verso enamorado,

tú me lo enseñaste abuela

el verso no modifica el pasado.



miércoles, 2 de septiembre de 2020

Al mirar las estrellas

 



En la penumbra

nace el miedo y el frío,

me quedo quieto

soñando en el laberinto.


Fiel es el reflejo

de un espejo,

temerosa es la hora

cuando cruza en infinito.


Quiero ser piadoso

al mirar las estrellas,

no soy malo

quién me juzga lo desea.


Más allá 

de una amistad silenciosa,

queda el ocaso

en su pradera.


Lo dijo un día mi verdugo,

aquel poeta no es malo

lo que molesta es su aventura,

ser mártir es cosa seria.






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Vivir para siempre

  A ninguna parte, nunca tuve tiempo para que las lágrimas llenaran el cielo. Confieso que se fue la vida en una pincelada de gaviotas y cie...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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