En la penumbra
nace el miedo y el frío,
me quedo quieto
soñando en el laberinto.
Fiel es el reflejo
de un espejo,
temerosa es la hora
cuando cruza en infinito.
Quiero ser piadoso
al mirar las estrellas,
no soy malo
quién me juzga lo desea.
Más allá
de una amistad silenciosa,
queda el ocaso
en su pradera.
Lo dijo un día mi verdugo,
aquel poeta no es malo
lo que molesta es su aventura,
ser mártir es cosa seria.
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