Nunca quise cambiar de amor,
veintisiete largos años
he visto salir el sol
en la vieja ermitaña ventana.
Se han ido los años,
acumulando recuerdos
pateando ayeres
robándole el aliento a un pensamiento lejano.
El viento se ha ido más allá
donde las hojas se trituran
y el polvo se esparce arrepentido
dejando solo poemas prohibidos.
Esos que nunca se escribirán
porque llevan puesto un vilo
son como cuando piensas silencios
olvidando a la medianoche cada momento querido.
Elegí olvidar las heridas
hablar en mi silencio
rehacer mi vida
huir siempre fue más sencillo que quedarse.
Nunca me fui
me quedé contigo
fue mejor que morir vivo
y ocultarse en las palabras sin sentido.
Nunca me encontraste eso sí
la memoria tiene sus secretos perdidos,
tal vez han naufragado en los pretextos
bajo una mirada de soledad y fastidio.
Te olvidaste de pronunciar mi nombre
y me quedé con los pasos perdidos,
amando tu ausencia en la sombra inocente
que falla en el dolor al no tenerte.
Fui como una historia triste que deambula
con una mirada tierna
esa que nunca se rompe ingenua
aún después de veintisiete años sobrevive hoy.
El mute
30/01/2019.
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El comentario que nutre. muchas gracias.