Decía el maestro
que la razón sufre menos
cuando la quietud encuentra su corazón
en un Páramo desolado.
No lo sé
respondo ahora
que me ha dado por reír
cambiando el llanto por las risas.
Hoy se juegan muchas letras
con un silencio solitario,
nunca pierden su esperanza
aman fuerte sin escándalo.
Es mucho el tiempo que nos queda
para ignorar el pesar del infinito
duele mucho como fuego
que consume en odio su propio ocaso desvalido.
Decía el maestro
que es cosa de la prosa,
hoy robaron de un soplo mis artículos
solo queda un reluciente jeroglífico.
Don Miguel de Unamuno
hablaba de un Dios celeste,
hoy después de tantos tiempos
nadie habla ya de reyes.
Ellos se fueron en tinieblas
al soñar el alquitrán ardiente,
Dios perdona los pecados
si no eres recurrente.
El Amor es para siempre
decía mi perro ante la muerte
pobre amigo en mi regazo
era más que tú un creyente.
¿a dónde vamos preguntó el maestro?
vamos a donde nos lleve la poesía
si no encontramos el retorno
regresemos otra vez al sol creciente.
Miguel Adame Vázquez.
10/04/2019.
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