Yo te creo,
existes.
No importa cuántos años pasen
días,
verdades a medias.
No estás sola
pequeña valiente.
Estamos vivos
entre tantos muertos.
Ya no más ojos tristes,
el silencio grita
ya no pesa.
Se ha ido la rabia,
el dolor que estremece
las entrañas.
Se ha quedado el perdón,
la noche suspira.
Pequeña Valentina.
Mute.
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