Lo esperaba todo,
siempre lo espero
el deseo que amanezca
que el sol caliente
mis huesos helados.
Es inútil el afán
cuando el cauce del río es desviado,
se desata la espuma flotante
de un rechazo más.
Solo atinó a suspirar y preguntarme
¿porque la canción flota adormecida?
su abandono tambaleante y confuso
es todo en vano.
Débil es la agonía del amor
frágil lágrimas de un olivo
ante el crepúsculo
de una muerte silenciosa
que tiñe de abandono los días.
Suspiro,
no me alcanza el aliento
para respirar tan hondo
hasta que deje de existir el dolor
de en un corazón que ama.
Soy mi silencio
nocturno,
la última lluvia
en una mañana nerviosa.
Soy la neblina que calla,
la distancia en el desierto,
la fragancia desgastada
en el muro que cuela la fría gota.
Lo esperaba todo,
un abrazo, una sonrisa
tu mano tibia,
tus desvelos sin nadie.
Fue inútil
nunca fuiste un cabello largo
que mis manos
pudieran tocar con ternura.
Fuimos una memoria caprichosa
olvido,
fuimos un ensayo desorbitado
un camino estéril lleno de piedras.
Fuimos lentamente
un puñado de lamentaciones,
locura indiferente mirando al cielo
un sueño inútil en tierra extranjera.
Ahora no espero nada
el abismo en los labios
es una palabra rota,
una imagen alucinante
que nunca perdura.
Nos estamos haciendo viejos
lo veo en las arrugas de los niños
que fuimos de lejos,
en el lamento enorme
que olvidó tenerme.
En la esperanza lapidaria
que dejó de quererme,
quizá nunca me quiso
y aprendí a quererme.
Él Mute
20/12/2019.
