martes, 20 de julio de 2021

Nunca más hoy





 Infamia, 

sosiego,

socavón de migajas.


A veces la lluvia deslava todo,

inevitable es el escondrijo

de un futuro incierto.


Deseo cubrirte

de pequeños tatuajes,

inmutables de nuevas palabras.


El suspenso está absorto

de tantas serpientes y fauna,

mis manos tienen flores,

enigmas. 


Incendia lo perdido,

ausencias,

el brillo es criminal

cuando guarda su pasado.


Otra noche que se acaba sin temor,

reducirla a ámbar,

hasta que el amor sea inmediato.


Irresistible,

hasta que el crepúsculo desdoble 

los lugares solitarios de su naturaleza.


Hasta que la resistencia sea repentina,

y la tristeza sea una veleta 

que escriba tu nombre.


Hasta que el vacío pierde lo invicto

y se arroje invulnerable

en la impávida melodía

de una sombra traslúcida.


No me prometas que puedo verte

la tierra te espera en su comarca,

en el agua que desliza a las ruinas.


En la herida reciente, 

perdurable,

en el viento que tiene miedo,

yo no lo tengo.


Nunca más hoy.


Maquinista Mute.



viernes, 16 de julio de 2021

A veces




 A veces quisiera desaparecer,

ser arena valiente

que se escabulle 

por las grietas de las piedras

que nada sienten.


A veces quisiera ser 

un pétalo de flor 

que brilla en las espinas de una ilusión 

y poder quererme.


A veces soy las dos cosas,

una aurora que se enciende en el verano,

una noche que se funde oscura 

muriéndose en los cielos tan lejanos.


A veces pierdo el otoño

en el cielo y sus relámpagos,

entre el recuento de un corazón 

que ya no es adolescente.


A veces soy esos ojos 

que ignoran la mentira,

que alimenta a la melancolía

de una manera lluviosa.


A veces soy cigarra, 

libélula azul que inquieta 

vuela hasta la luz,

luciérnaga que alumbra las palabras.


A veces quisiera desaparecer

o brillar de risa

en la delicia de un instante

y sus caricias.


A veces, 

soy las dos cosas.


Maquinista Mute.




jueves, 15 de julio de 2021

Cincuenta Soles en primavera.

 




La memoria tiene un rostro de piedra

migrañas impacientes

que duermen a mis muertos,

tan solo son sueños.


Resisto irreductible

en las colinas de un observatorio,

defendiendo mi silencio

ante tanto celo.


Mi jardín es un pétalo de aromas

que refresca mi aflicción,

es una esperanza

que no castiga a la noche.


Mis versos cantan

con mis ancestros

y su corazón de ámbar.


Cuidando la dulzura

de un atardecer quisquilloso

por la lírica de mi propia boca.


Qué ruge el canto

y se estremece,

mujer de ojos profundos.


La vida es cómplice

de todo el tiempo que esconde,

de esos besos robados

en lo efímero de la materia.


¿Quién es el ombligo del mundo?

no lo sé,

mis venas han surcado el relámpago

y su felicidad.


Danzas dichosas

sin la soberbia que se hace añeja,

la Luna está perdida

encuentra esa estrella por mí.


La memoria murmura en Julio

escucharé a sus años,

cincuenta soles en primavera.



Maquinista Mute. 


https://youtu.be/JbociQMwaN8




jueves, 8 de julio de 2021

Canto de amor

 




Transcurre la muerte

tan suave,

sin paraíso.


Con la paradoja de un poema

irrepetible,

jugando al asombro.


Suficiente,

borrando promesas

en la desventura de estar solo.


Con el mundo inconsciente

inconstante,

en un círculo roto.


Aún así florecen mis sueños,

sin tanta espina

con la lluvia apagando el fuego.


Te espero

en el asombro,

recolectando obligaciones diarias.


Doméstico,

tomando miel

con la memoria.


Emboscando mis palabras

antes que la lluvia

borre el arcoíris de una sonrisa.


Antes que mi perro

huela con su olfato

la desolación de una sábana blanca.


Todos los días

llevo conteniendo

laberintos volátiles.


En la trastienda

de un laurel

y unas cuantas rosas.


Sobreviviendo

insistiendo en los árboles frutales,

donde todo es azul, todo es verde.


Volemos cómo el reflejo

de una estrella distante,

con los pétalos de fiesta.


Con la certeza 

empeñada

en ganarse un trofeo.


Intentando el milagro

de ser veraces por siempre,

ante una mirada 

que se derrumba a peldaños.


Escapa

en el eterno crepúsculo de un solo duelo,

aniquilando la noche con tanto frío.


Vivimos exactos

en la fatalidad de un poema,

pretendiendo la miseria 

de un grito tan mudo.


Migajas inútiles

escurridizas,

mirábamos imposibles.


Sedientos,

con los labios secos

de tantas palabras.


Que llueva,

al fin estoy en la sombra

de un canto de amor.


Maquinista Mute.


domingo, 4 de julio de 2021

Todas las palabras por ti

 






Ámbar

la mirada está de fiesta,

esmeralda

la tierra purifica a los corazones.


Hojas desgastadas

en los cielos que se funden,

cuál fue la promesa

que está en el aire.


Ahí en el crepúsculo

está la tormenta,

corazón en su afán

de ser un relámpago.


Ecos del bosque,

flores que acarician

el terciopelo.


Mañana será 

demasiado tarde,

el infinito nos alcanzará 

en su luminiscencia.


Polvo nostálgico

violeta,

la sombra ciega

sueña con el indulto.


Olvida morir

recuerda vivir,

que el duelo tenga un sueño

en solitario.


Oye mi voz

que quiero hablarte,

mi soledad tiene un tumulto

sin litorales.


Toca mis manos,

no tienen una mirada

qué tiemble con el tacto.


La escarcha está enamorada

desde su sentimiento,

besa el aliento

que no quiere ser mudo.


Triste es el olvido

que ya no tiene recuerdo,

es más triste la esperanza

en su deseo marchito.


He nacido hombre para ti,

en una imagen repentina

que ya no la veo.


Sollozo hundiéndose

en el afán de un sueño

que sabe a manantiales secandose.


Nube

moja mis árboles,

sin el abandono eterno

de un tiempo que nunca cede.


Mi sueño se consume

para no volver jamás a verte 

en el desnudo de un abandono.


Te admiraba

en la silueta perfecta,

en la protesta de un diamante

que ya no existe.


El brillo de tus ojos

son palabras quemándome,

la poesía ama incendiando 

todas las palabras por ti.


Maquinista Mute.



domingo, 27 de junio de 2021

Ahí encontramos el amor

 



Lágrimas de muerte

en la última batalla,

el soneto tiene 

un exilio de amor.


Visiones de una letanía solitaria,

cielo que escupe

antiguas oraciones

que no fueron escuchadas.


Las culpas son como una golondrina

que tiene frío,

noche que llueve interminable.


Los caracoles salen

cortejando a la humedad,

huyendo de un sueño inconfesable.


Rompiendo el abandono

de un heroísmo

que sabe a madrugada.


Pálida es la tristeza estéril

que frágil domina el semblante

ansiosa de besar tus labios.


Tu amor 

es un remordimiento sediento,

como un camino a medianoche

que se atascó con el viento.


Rumor de un grito,

voraces hogueras

de una herida mentirosa y servil.


Mi pena está triste,

como el llanto de un niño

a su madre en la escuela.


Crucemos los bosques de eucalipto

persiguiendo caminos

que siempre terminan sin ella.


Ahí encontraremos

el amor.


Maquinista Mute.


https://youtu.be/VkSEfhuVVyY



sábado, 26 de junio de 2021

El último poeta

 




El último poeta

el tirano,

el que recoge estrellas.


El que muere de pena

el enamorado,

el que arrastra una letra.


El que escucha el silencio

y compone canciones 

de prosa enferma.


El último poeta,

el que amanece más tarde

con el gorrión en su fiesta.


El que sabe a poesía

y desayuna sueños

que le recuerdan a ella.


El que ama un crepúsculo

e imagina los versos,

millones que llegan.


El último poeta

el que escribe a montones,

el envenenado.


El que se entera

de vulgares vanidades

y las convierte en tragedias.


El reconstruido,

el enamorado

perdidamente de ella.


El último poeta

el que fuga propósitos

y fábrica recuerdos.


El incógnito,

el durmiente

en un hotel de terciopelo.


El que dibuja puentes

en un agugero,

el que cosecha ventanas.


En el alba de un velo

y ni vive en ellas.


El último poeta

el que no ofrece siquiera,

el de los ojos oscuros.


Y su melancólica guerra.


El Vagabundo

sin estela y flores violetas.


El que caza chillidos

de bestias y selvas.


El último

el humillado,

el sabio devorado por buitres.


El profundo

en el ombligo del mundo.


El insensato soñador

en la víspera de un navío

que parte sin ella.


El que recuenta espontáneo

recuerdos de un niño.


El que yergue sereno

a sus enemigos.


El incómodo

el poeta que paciente defiende

el silencio de un ruido.


El del sopor y fastidio,

indómita furia

de amar un suspiro.


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Noche de luciérnagas

  por Maquinista Mute. Noche de luciérnagas, caminar tranquilo; mis días están a la mitad del cielo, el mundo está en vilo, arde en el futur...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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