domingo, 22 de enero de 2017

Háblame fuerte.


Háblame fuerte.
Hasta que pueda sacudir a mis sueños de las sórdidas poesías que contengo.

Háblame fuerte.
Porque apenas te escucho.
Y en el silencio mis suspiros se agotan ante la cólera de otros.


Háblame fuerte.
Porque es magnífica tu esencia del edén de  cada uno de tus pensamientos.

Háblame fuerte.
Y anímame a seguir de pie aguantando las tempestades.
Que solo necesito poder escuchar el susurro de tu voz que no se apaga con el reloj de los tiempos.

Háblame fuerte.
Porque quiero sentir la luz en el ocaso de la noche.
Ese resplandor que no cede por la fuerza del rayo que solo rompe.

Háblame fuerte.
Hasta que pueda templar todo ese dolor que me quedo tras su partida.


viernes, 20 de enero de 2017

Todos empezamos a morir desde que nacemos.




Estoy muriendo.
Y no sé porque.
La luz de la vida se apaga poco a poco.
Torturando mi esperanza, ahogando mi voz.

Yo no sé porque estoy muriendo.
Amo la vida.
Amo los sabores del viento trémulo de la dicha.
Amo la caricia suave del mar con su brisa fresca.
Amo ayudar a otros a poder cruzar el camino pedregoso de la enfermedad.
Amo acompañarte todas las mañanas por un paseo en el bosque magnífico de tus palabras.

Solo sé que moriré.
Y no me llevaré ninguno de tus besos.
Tampoco alguna caricia suprema de tus manos.
Ya no escucharé los pasos lentos de tu corazón cuando me ama.
Ningún aroma que cautiva mi esperanza se impregnará en mi memoria.
Porque no recordaré nada de todo lo que he vivido.
Ningún recuerdo será mío porque estaré dormido.
Seré solo un montón de cenizas tibias en una caja negra.
Solo mis letras, cada una de ellas.
Serán mis heraldos vagabundos que discurrirán por la tierra y vivirán por mí.
Todos empezamos a morir desde que nacemos.


Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
20/01/2017.

martes, 17 de enero de 2017

Yo he estado ahí.



Yo he estado ahí.
Con la fuerza a tope por la lucha eterna que no se acaba por sobrevivir.

Yo he estado ahí.
En una existencia que se escurrir del lodazal de la apatía que solo enferma porque nunca intenta fugarse y salir.

Yo he estado ahí.
Como un espanta pájaros que huye de las cicatrices del pasado y que solo consigue nuevamente contemplar la noche que nunca termina.

Yo he estado ahí.
Con el corazón roto en mil pedazos por un rompecabezas que nunca se podrá unir de nuevo.

Yo he estado ahí.
Con las hojas del otoño en los suelos solo esperando que el viento las pueda alejar de mí.

Yo he estado ahí.
Huyendo con el frío de un invierno que nunca pasa del todo.

Yo he estado ahí.
Con el crujir del mar agitado que se azota con fuerza hasta deshacer todos tus sueños.

Yo he estado ahí.
Tratando de recordar el camino de vuelta a casa de ese laberinto que nunca tiene salida.

Yo he estado ahí.
Con las manos llameantes por un fuego que no solo quema lo que es de afuera.

Yo he estado ahí.
Caminando en la cuerda floja de la desdicha al regar con lágrimas las flores de mí pasado.

Yo he estado ahí.
Queriendo alcanzar la llave que abre los sueños que no son míos.

Yo he estado ahí.
En la punta del precipicio más alto sin saber que lo mejor es contemplar lo hermoso que se ve el horizonte desde esa perspectiva.

Yo he estado ahí.

Es por eso que entiendo cuando me hablas con la mirada y me dices que ya no puedes seguir adelante.

De nada sirve el sentir lástima por uno mismo.
Te lo digo porque ya no estoy más ahí.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
18/01/2017.

lunes, 16 de enero de 2017

A veces solo necesitamos ser poesía.



A veces necesitamos verlo todo con nuestros propios ojos.
Porque la realidad nos rebasa a tal grado que no lo creemos.

A veces necesitamos hablarlo todo.
Para que no caiga a tierra ninguna de nuestras palabras.

A veces necesitamos soltarlo todo.
Porque en nuestro interior podemos abrigar un montón de resentimientos llenos de amargura mal sana.

A veces necesitamos superarlo todo.
Porque nuestros pensamientos deben derrotar al rencor que solo marca.

A veces necesitamos olvidarlo todo.
Porque el peor enemigo puede estar en casa, con la misma sangre que circula en nuestras venas.

A veces solo necesitamos que la noche pase fugaz con su tristeza.
Y que el sol de invierno caliente lo que el frío deja.

A veces necesitamos solo ser poesía para otros.
Y apaciguar el dolor profundo que los versos sanan.


Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
16/01/2017.


sábado, 14 de enero de 2017

Ayer mientras dormías.





Ayer mientras dormías, trate de transportarme a un mundo imaginario.

A un lugar en donde los momentos no pasaran tan rápido.
A una dimensión en la cual no tuviera que estar alerta siempre cuidando mis francos de las bestias.
Y ahí, revolotear solo ideas y estrofas.
Sentimientos que solo fluyen con historias a veces rotas.

Ayer mientras dormías, yo vigilaba tus sueños.
Cuidaba de ellos siendo muy feliz.

No sabes cuánto me gusta quedarme con los monstruos que vuelan sobre tu cabeza.
Voy cazándolos uno a uno hasta convertirlos en ángeles de luz.

Con ellos voy escribiendo poemas que vuelan.
Y al otro día, solo quiero compartirlos contigo.
Pero me ignoras solemnemente y me frustro porque amo hablar.

Pero no importa ni tan si quiera un poquito.
Porque no todo lo que vemos es lo que parece.

Ayer mientras dormías.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
14/01/2017.



viernes, 13 de enero de 2017

Ustedes callaron cuando se los llevaron.


Ustedes callaron cuando se los llevaron.

Permanecieron inmóviles como si no hubiera pasado nada.
Sin esperar noticias de ellos siguieron actuando hasta que lograron borrar en el último resquicio de la memoria sus vidas.

No fue la sonrisa nerviosa de un rezago de conciencia lo que pudo sacar adelante el pudor de quién transita en la dignidad humana.

Fue la entereza de su recuerdo perdido lo que me mantuvo consiente todos los días.

Ustedes solo fueron capaces de ir desacreditado muy lentamente mi pensamiento crítico.
Hasta que casi de el ya no quedaba nada.

Fue la única verdad la que me salvó de los lobos feroces.
Y también fue porque no me conocen.
Nunca supieron la diferencia entre lo que en verdad soy y entre lo que solo les han contado.
Actuaron solo con la única fuerza que les deja la falsa mentira.

Olvidaron que el llanto es un poder.
El llanto real que derriba a todos.

Ustedes se los llevaron, ustedes callaron cuando los vulneraron. 

Yo no me calle.
Y ese es el precio que gane al no olvidar nada.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
13/01/2017.

jueves, 12 de enero de 2017

La mayoría opta por fingir.



Te encuentras preso en cada uno de tus propios reproches y lo sabes.
Hoy, no habitas más una mentira que inventas con mucho cuidado, esa que todo el mundo la cree.

Y lo sé, porque te has empeñado por muchos años en estar sobre las hojas del tiempo.
Y poco a poco ha sido tu construir una constante de consensos hasta llegar a la bella imagen de ti.

No te ha asentado nada mal el interminable día lleno de desgracias que normalmente acompañan a los que solo pululan historias de terror, de esas que siempre marcan.

Y sigues constante fingiendo sonreír como si no pasara nada en un mundo muy agitado.
Ese que  solo corre y corre y no disfruta de la lluvia o del frío de la noche que cala.

Ya no sientes el corazón con un espléndido sol que traspasa las fronteras de la propia piel y la calienta.

Es triste, pero es muy real.
Fue tu elección, solo tuya.
Pudiste tomar otro camino y liberar el peso de tus grandes tragedias.
Pero no lo hiciste.

Tal vez con ello no serías la estrella que ahora eres y que ilumina el firmamento.
Pero serias feliz.
Serías libre por el resto de tus días.

Aún así, no te culpo.
La mayoría opta solo por fingir.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
12/01/2017.

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Vivir para siempre

  A ninguna parte, nunca tuve tiempo para que las lágrimas llenaran el cielo. Confieso que se fue la vida en una pincelada de gaviotas y cie...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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