domingo, 27 de septiembre de 2015

Atrapa sueños


El nombre se enferma, el alma se cansa y solo pide un poco de amor que lo deje fluir.
El agua que alguna vez fue cristalina se siente estancada. 
Se enturbian los intentos fallidos por ganar la última batalla.

Solo se necesita un pequeño puñado de alegrías como aquellas que has dado a manos llenas.
Solo se necesita un poco de calor que aliente a un corazón atribulado.
Solo se necesita un abrazo tibio que impulse la fuerza para soltar el lastre que ata a el cuerpo y lo mantiene anclado en un río de aguas frías y oscuras.

Duele la humanidad que poco a poco carcome la esencia.
Duele saber que solo queda un par de ojos tristes que no sabe mentir.
Duele la sonrisa tenue que sale a la vida sin poder ocultar el sufrimiento que siente en sus propias entrañas.
Duele la fragilidad del aliento que se detiene en el tiempo y que no puede distraer el vaivén de los momentos lúcidos y agitados.
Duele saber que tienes que estar ahí.
Deteniendo al universo cíclico y cósmico que nunca parpadea.
Duele saber que tú estás ahí, observando los segundos pasar uno a uno y tú solo sigues pensando en todo el mundo menos en ti.
Duele saber que sigues sintiendo la balanza de la vida como si se tambaleará con cualquier movimiento del viento.

Duele pedir que no te abandones en estos momentos más oscuros.
Y que la misericordia sin rencor y engaño envuelva como una manta blanca tu cuerpo paralizado.

Duele oler el miedo de la luna ensangrentada implorando venganza.

Y tú estás ahí, sólo pidiendo  un poco de paz para tu casa.
Ten calma, porque la vida no se acaba.
Tu nombre está escrito en el árbol de la vida.
Tu verdor retoñara con las semillas sembradas en el pasado.
Y volverá el ruiseñor a tu ventana.
Te veré cantar y sonreír a la vida que tanto amas.
A cántaros rebosarán los ríos del alma que traerán consigo un montón de esperanzas.

Porque son muchos los corazones que aún laten a tu lado.
Date cuenta de las muchas luces que son prendidas a tu paso y que no dejarán que pierdas tu sendero.

Hoy puse en mi puerta un pequeño atrapa sueños.
Lo puse para ti.
Y en esos sueños siempre estarás tú como siempre. Sonriendo.

Poesía 
Miguel Adame Vazquez. 
27/09/2015.



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