La noche finge ser un mar sediento de sangre
aniquilando los límites
que son prisioneros
de una furiosa herida
que nunca se conforma con el paso del tiempo.
Ahí he caído en la implausible prueba
que precipita la ruina
de un pensamiento que desvaría
en los desvelos vacíos
de un silencio obeso
por de tanto callar lo que se niega adentro.
He aprendido tanto del llanto sin fondo
del corazón ausente desde su nacimiento,
de la pesadumbre que espía
a las faltas del diario
de una conciencia impaciente
por el desierto que habita en el grito prometido
desnudo por tantos momentos.
¿Cuándo fue la última vez que fingiste ser estela
en un cielo furtivo lleno de estrellas?
los pensamientos siempre son prisioneros
de una luz hermosa que en toda la noche
añora poder ser un infinito
que solo escuche a lo lejos el ladrido de un perro.
He roto el silencio con la nostalgia
esa que en la vida fluye
regando los tallos
de un tiempo impaciente,
la memoria tiene una insensata fijeza
que siempre nos encuentra
un vacío casi instantáneo
que silencia a los versos
cada vez que no hablo.
Esta noche la protesta será un garabato
que dibuje tu nombre cada vez que te amo.
Poesía
Miguel Adame Vázquez.
04/01/2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.