Nada se olvida
acaso el corazón oculta un beso
cálida melodía de una nota tibia,
estrellas en silencio en la noche que no termina.
Furtivo es el diamante que deslumbra
con el fuego único de su brillo
en un laberinto boquiabierto
por la esperanza de ver amanecer a un lucero.
Todo es sorpresa en este invernadero
destella el lucero
desnudo, empobrecido quizás por el recuerdo,
como soñando a ciegas sin ningún ruego.
Hemos dejado de sorprendernos
ante las preguntas que nunca llegan
temerosos consumando el desierto
ausentes en el ocaso sin saberlo.
Nada se olvida
los labios aguardan el mejor momento,
dar ese beso perdido
importancia de sorprenderlos
antes que se extinga el amor.
Él Mute
08/08/2019.
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El comentario que nutre. muchas gracias.