Sin tregua
unánime,
tu amor me sostiene
fuerte es el ancla fatal.
Árbol avejentado
que no se decide morir,
sequía
botín perfecto
hacia la muerte inevitable.
No puedo dejar
de hablar sobre la muerte,
la muerte de otros duele
casi como duele la propia muerte.
Prisioneros
de la espuma intacta,
el mar sigue ahí
lo quiero tocar.
La noche no se ha ido
a cada golpe
la barca se mueve,
se inunda
se tambalea lentamente
hirviente,
abrazo mortal.
Amémonos,
cantemos
que el canto no sea lo último,
mi deseo tiene sabor
a tierra y corteza perfumada.
Muerte
prosigue tu marcha,
los ríos de vida nos esperan
desliza tus manos
hasta mis más hondos suspiros.
Futuro
lo deseo para ti,
que no se te olvide como amarme
el ataúd se derrumba en mis sueños.
La plegaria y el poema,
el cuerpo tiene silencio
fumarolas inútiles,
el mundo se estremece
en el exilio,
toque de queda,
nada es malo si me amas a mí.
Otra vez llegó la guerra,
con su odio,
con los destellos
de todas las horas
que no tienen nombre
y que no saben a ti.
Corazón mío,
ardiente
ventilado,
terriblemente amado
hasta la última lágrima.
Dame un beso
que soy un imbécil miserable,
tembloroso
el último lucero
se apaga con su propia muerte.
Seguir viviendo
muchos días y muchos cantos,
el mar,
tus mejillas,
el amor de mi vida.
Imagino
lo que no vimos venir,
consumado
el amor se precipita
nosotros,
flores alzándose en todo su verdor.
La epidemia no tiene nombre,
no la quiero nombrar
hambriento,
la lluvia deshizo tu nombre
en la arena.
Esperanza,
hasta la última gota
inmediata
sueño con los frutos
de tu eternidad.
Dios
escucha mis súplicas,
las súplicas de otros,
el llanto, la muerte
el dolor, la partida.
Se han olvidado de tus ojos,
de la nostalgia
de tus reflejos
de aquel instante que nunca termina.
Se han olvidado
de mis palabras,
de mis angustias
nunca he estado ahí.
Somos mortales
efímeros,planetarios,
tu recuerdo me hará existir.
Él Mute
31/03/2020.
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